En Rincón de Moraes, localidad que se encuentra a 15 kilómetros de Tranqueras, en el departamento de Rivera, un matrimonio trabaja para conservar una costumbre familiar que comparten de generación en generación. Alfonso Rimbaut es un hombre de campo, Mary Moraes, una maestra rural jubilada. Cuando se casaron, hace años, la madre de Alfonso le enseñó a su flamante nuera su receta más preciada: una bebidahecha a base de naranja, que no es vino porque no es de uva, que no es licor porque no tiene alcohol agregado, sino que éste se genera naturalmente, y a la que actualmente bautizaron “Naranjino”.

Alfonso creció ayudando a sus abuelos a prepararla. Así aprendió, y el día que sus ancestros no estuvieron para hacer “Naranjino”, lo elaboró su madre. “Mis bisabuelos y mis tatarabuelos vinieron de Francia, todos lo hacían. Hay muchas familias que sabían elaborar esta bebida, pero a veces, con el paso del tiempo se van perdiendo las costumbres”, reflexionó.

En fechas especiales se compartía el beberaje: “Cuando yo era niño, a fin de año, por ejemplo, no acostumbrábamos a tomar tanta sidra y en su lugar había Naranjino”. Su esposa añadió: “Tratamos de seguir esa tradición porque muchas veces nos encontramos con gente que recuerda que en su casa se hacía hace años y hoy ya no”.

Hay muchas maneras de preparar esta bebida, no todos tienen la misma receta. La pareja riverense emplea solamente jugo de naranjas naturales y cuida cada detalle. “Usamos ese jugo y las propias levaduras que ya tiene. La naranja particularmente tiene una levadura natural muy fuerte, más que otras frutas”, señaló el emprendedor.

Para la producción, Alfonso y Mary usan naranjas de frutales de la zona. “Hay muchos árboles que son centenarios, porque antiguamente en la región había cantidad de plantíos y en el interior es difícil que una casa no tenga algún árbol frutal. Pero esos árboles dan naranjas que suelen no consumirse, que no llegan a los mercados, no se venden, porque no son tan ´pintonas´ como esas a las que las pintan o le ponen agrotóxicos. Nosotros usamos solamente naranjas bien naturales, las lavamos una por una, hacemos todo el proceso bien artesanal”, detalló Alfonso. Mary acotó que si bien no utilizan la cáscara para hacer la bebida, la misma no se desperdicia, ya que en el campo y con animales, siempre le encuentran uso.

Los riverenses señalaron que a veces su Naranjino se confunde con un licor, pero tiene muchas diferencias: para empezar, en este caso, no le agregan alcohol, simplemente dejan que fermente naturalmente.

Foto: Naranjino

Además hacer Naranjino requiere mucho más tiempo. Lleva varios meses, hasta un año: “Cuando empezamos a hacerlo hacíamos solo para compartir en familia. Ahora la fermentación la hacemos en tanques grandes. Cuando más tiempo fermente, mejor queda, es un proceso similar al del vino, que requiere su tiempo de maduración”, detalló Mary. El licor, en tanto, tiene otro proceso y en unos pocos días está pronto.

A esos tanques hay que cuidarlos: la familia los vigila todo el tiempo, están atentos al proceso de fermentación, a los cambios de temperatura, etcétera. “Como pasa con todas las frutas, hay años que vienen más dulces, otros más ácidas, con menos o más jugo. Todo eso es necesario observar y adaptarse, hay que estar muy encima de todo y más con los cambios de temperatura que tenemos últimamente”, sostuvo Alfonso.

Esta bebida de tradición familiar se hacía en la casa de Alfonso y Mary como en tantos otros hogares, para compartir con los más allegados: “Siempre que venía alguien de visita o venían parientes a pasar las fiestas, teníamos Naranjino y les dábamos y les regalábamos también. Pero nuestras hijas, que ahora ya son grandes, hace unos años nos dijeron por qué no hacíamos para vender”.

Así que surgió la idea y luego de muchos trámites y cumplir con los requisitos de bromatología y todo lo necesario, registraron su producto. Naranjino fue la primera bebida de este tipo en registrarse oficialmente en Uruguay, hace ya dos años.

¿Cómo y con qué beberla? Alfonso y Mary recomiendan que sea a una temperatura fría, aunque siempre dependerá del gusto del consumidor.

Es una bebida que sirve tanto como aperitivo —va bien con una picada— como para maridar la comida. También es ideal para acompañar postres e incluso puede ser usada como ingrediente en diversas recetas por su gran versatilidad.

“Tiene un toque de acidez, pero también dulzor y sabor cítrico. Lo hacemos suave y con una graduación alcohólica no muy alta, de unos 9 grados”, especificó Mary.

Naranjino puede conseguirse en varios locales en Rivera y además llega mediante pedidos (092 304 772) a todos los rincones del país. En Instagram su cuenta es @naranjino.uruguay