OGlobo - GDA. El chocolateestá asociado con fiestas y celebraciones. Sin embargo, su consumo también está relacionado con otra emoción más negativa: el estrés. ¿Quién no ha sentido un deseo casi incontrolable de comer dulces en momentos de mayor tensión?
Bueno, no eres el único. Este deseo está motivado por la respuesta ancestral de "lucha o huida" del cuerpo, que se activa cuando nuestro cerebro cree que estamos en peligro. El cortisol, conocido como la hormona del estrés, es responsable de esto. El aumento de sus niveles en la sangre desvía la energía del sistema inmunológico y desencadena los antojos de azúcar.
"Cuando estamos estresados, el aumento de la hormona cortisol utiliza nuestras reservas de energía, por lo que sentimos la necesidad de algo dulce para aumentar los niveles de energía", explicó Nicky Keay, endocrinóloga deportiva y profesora clínica honoraria de medicina en la Universidad College London.
Por otro lado, el simple acto de comer dulces, como el chocolate, en momentos de estrés provoca un aumento repentino de azúcar en la sangre, seguido de una caída brusca, lo que puede desencadenar un ciclo de estrés y deseo.
"Cuando los niveles de azúcar en la sangre caen demasiado, esto desencadena la respuesta de estrés del cuerpo para ayudar a aumentar los niveles de glucosa y ácidos grasos en la circulación como combustible esencial para los músculos y el cerebro", explicó la nutricionista Cervejeiro.
Por otro lado, aquellos que han comido chocolate en momentos de estrés saben que el alimento realmente ayuda a calmar los nervios. ¿Por qué sucede esto? Cervejeiro explica que el chocolate tiene efectos en el cerebro que ayudan a relajarse y mejorar el bienestar, aumentando los niveles de varios químicos, incluyendo la feniletilamina, que altera el estado de ánimo.
El dulce también contiene triptófano, una sustancia química que se convierte en serotonina en el cerebro, mejora el estado de ánimo y aumenta la euforia, además de la teobromina, un estimulante natural.
"Y el chocolate es prácticamente único porque se derrite en la boca a temperatura corporal, produciendo una sensación sedosa y deliciosa que aumenta su atractivo y, según los psicólogos, es una de las principales razones por las cuales el chocolate es tan adictivo", destaca la nutricionista.
Para evitar el efecto rebote en los niveles de glucosa, se recomienda optar por chocolates ricos en antioxidantes, con al menos un 70% de cacao.