Muchas veces, lo que necesitamos para sentirnos mejor está en la naturaleza. Tal es el caso del orégano, una hierba medicinal que puede consumirse de varias maneras y tiene múltiples efectos positivos en nuestra salud.

Reseteá tus intestinos. Sana más de 15 enfermedades y recupera tus ganas de vivir es el primer libro del doctor Facundo Pereyra. Especialista en medicina interna, gastroenterología y endoscopía digestiva, desarrolló un programa de salud digestiva que, entre algunas de las recomendaciones, sugiere incluir aceite de orégano en la alimentación.

“El aceite de orégano es uno de los remedios más populares como tratamiento alternativo en gastroenterología y en los últimos años se publicaron varios artículos científicos que avalan el uso de este agente natural”, asegura desde su cuenta de Instagram el especialista.

Pero, ¿qué tiene de especial el aceite de orégano? El orégano es una hierba medicinal y culinaria antigua que contiene algunas de las propiedades antioxidantes más altas del reino vegetal. Es una excelente fuente de vitamina A, vitamina C, vitamina K, complejo B, potasio, calcio, hierro y magnesio.

Eso no es todo. Tiene poderosas propiedades antisépticas, antibacterianas, antivirales y antifúngicas que han demostrado ser beneficiosas en el tratamiento de resfríos, gripe, infecciones virales, enfermedades respiratorias, indigestión, problemas estomacales y dolor menstrual.

También puede ayudar a fortalecer el tracto digestivo y expulsar el gas atrapado de los intestinos para aliviar la hinchazón y el malestar abdominal, así como promover una microbiota sana. Julieta Lupardo, nutricionista de Halitus Instituto Médico, asegura: “La microbiota es el conjunto de microorganismos (virus, bacterias, hongos, levaduras) que viven en nuestro intestino. Una microbiota adecuada ayuda a tener un intestino desinflamado, lo que se relaciona con una correcta digestión y fermentación de los alimentos y por ende una buena absorción de nutrientes”.

Investigaciones indican que el responsable del aroma y acciones bactericidas del orégano sería un compuesto llamado carvacrol, también encontrado en otras hierbas como el tomillo. “Algunos estudios científicos relacionan al aceite de orégano con funciones antisépticas, antioxidantes y antimicrobianas”, señala Stefanía Savoia, licenciada en Nutrición y miembro del Departamento de Nutrición de New Garden, una cadena de tiendas de alimentos naturales de Argentina.

Hasta el momento, lo más estudiado del aceite de orégano es la acción contra la Cándida, un hongo oportunista que se aloja en todo nuestro organismo. Tanto a nivel dérmico (piel y uñas) como digestivo (esófago, intestino), el aceite de orégano es un buen aliado para tratar estas afecciones.

“Tan solo una infusión de orégano calmará el dolor de garganta o un resfrío, y es gran aliada para la digestión, ya que tiene propiedades antiinflamatorias y antisépticas”, dice Silvina Premmurti, chef vegana, Master Health Coach y especialista en terapias holísticas. También comparte algunas recetas que forman parte de su bitácora natural:

Mate medicinal (ideal para los que trabajan con la voz): 70% de Yerba y 30% de coco rallado, media cucharadita de cúrcuma y pizca de pimienta. Para un litro de agua, 1 cda de hojas de orégano y 1 cda de hojas de menta.

Aceite de orégano: Cortar hojas frescas de orégano, machacarlas en un mortero y colocarlas en un frasco de vidrio. Llenar el frasco con aceite de oliva y dejarlo macerar 4 semanas en un lugar oscuro y fresco. Transcurrido ese tiempo, colarlo y guardarlo en un lugar oscuro. Se sugiere tomar 4 gotas dos veces al día, 30 minutos antes de alguna comida.

(Por La Nación GDA)