Luego de fríos intensos y cambios bruscos de temperatura, es moneda corriente que haya algún integrante de la familia con resfrío o gripe. Bajan las temperaturas, permanecemos más tiempo en espacios cerrados y cerca de otras personas que pueden contagiarnos virus que causan estas enfermedades. Una buena alimentaciónsiempre puede ayudar a tener un sistema inmunitario más fuerte y, si bien no evita contagiarnos, sí ayuda a aliviar los síntomas y a evitar complicaciones.
Los alimentos son considerados una potente medicina natural, pero para mejorar también será necesario descansar suficientes horas y evitar el estrés. La actividad física, una dieta equilibrada y el manejo del estrés son el primer medicamento, no sólo en casos de gripe y resfríos. Si hablamos de la alimentación, el consumo de algunos alimentos ayuda a reducir al mínimo los síntomas de resfríos y gripes y también a curarlos en menor tiempo.
Existen varios mitos sobre la alimentación e hidratación cuando estamos en cama y con gripe. De generación a generación, se comparten sugerencias de remedios caseros: que es mejor comer esto o tomar aquello. No existen alimentos preventivos para la gripe o resfrío, sí nutrientes presentes en ciertos alimentos que alivian los síntomas una vez que el resfrío se ha instalado. Te presento un breve listado de mitos y creencias al respecto y su grado veracidad.
Cítricos: la bomba de Vitamina C.
Mucho se dice que previene la gripe y resfríos, pero la vitamina C no cura, solo alivia síntomas y ayuda al buen funcionamiento de las células defensivas. En dosis elevadas podría combatir mejor los virus que causan el resfrío común, sin embargo, estudios científicos no han demostrado que lo prevenga.
El limón es uno de los cítricos con mejor reputación de efectividad para curar resfriados. Los cítricos —que casualmente son de esta estación— como el limón, pomelo, naranja, mandarinas, se usan en formatos farmacéuticos como aliado para medicamentos antigripales.
Es un conocimiento popular el asociar el limón con la vitamina c y con la gripe, pero la gripe no se cura por tomar un exprimido de limones cuando ya estés enfermo. Lo mejor es consumirlo regularmente para prevenirla y si te contagiás logrará que no sea tan brusca. Podes sumarlo, agregándolo a los líquidos que ingerís, tanto el agua saborizada como al té caliente. Además, a lo largo del año es bueno agregado a ensaladas como aliño.
La vitamina C puede sumarse todo el año mediante otras fuentes como son el resto de los cítricos (aprovechar la temporada de mandarinas), las hojas verdes, kiwi, rabanitos o brócoli.
Ajo y cebolla.
Dos ingredientes un poco relegados por sus efectos secundarios en el aliento, pero son más que conocidos por sus propiedades antivirales y antibacteriales.
Las abuelas decían que poner media cebolla en la mesa de luz del engripado, limpiaba el ambiente. Estos mitos son en parte bastante lógicos y no son tan fantasiosos. Los flavonoides presentes en las cebollas trabajan junto a la vitamina C para combatir bacterias que atacan durante el invierno.
Los compuestos azufrados de la cebolla, además de hacernos llorar al picarla, ayuda a destapar vías aéreas. Esto se debe al azufre, que al volatilizarse en el aire, si bien nos hace lagrimear, también ayuda a descongestionar la nariz y calmar los ataques de tos.
Algo similar sucede con el ajo debido a la alicina, que genera efectos parecidos. El ajo es rico en fitonutrientes con propiedades anti-virales y antibióticas, que son útiles en el caso de gripe o resfrío.
Miel para calmar la tos.
Desde siempre la miel se ha usado para aliviar el dolor de garganta y calmar la tos. Este expectorante natural también ayuda a eliminar las flemas.
Tanto la miel como la vitamina C del limón tienen propiedades que fortalecen el sistema inmune, de allí la asociación de miel y limón juntos en un té como bálsamo antigripal.
Si bien se han estudiado, no es del todo definido si se debe a los antioxidantes que posee o si por tratarse de una sustancia espesa y dulce actuaría como un lubricante calmando la aspereza en las vías aéreas. Si bien no hay evidencias sólidas, lo cierto es que ante un resfrío y gripe común, el tratamiento con miel será más sano y natural que utilizar medicamentos.
Un grave problema de los resfríos y gripes es la automedicación, y se suele caer en el grave error de tomar antibióticos que no combaten los virus, sino que generan una resistencia a largo plazo (sin contar los efectos secundarios de tomarlos como pueden ser vómitos, diarrea y alteración de la flora intestinal).
Usar especias y jengibre.
El uso de canela, pimienta y jengibre eleva la temperatura corporal, al entrar en calor, aumenta la sudoración y expectoración, ideal para eliminar bacterias.
El jengibre ayuda a deshacer las flemas, limpia los bronquios y alivia los síntomas de la congestión por sus propiedades analgésicas, antipiréticas y antibacterianas.
Existen estudios (2011) que determinaron que el jengibre tenía un efecto antibacteriano superior al de antibióticos contra estreptococos que causan la faringitis. Pero como todo un estudio solo no termina de ser prueba suficiente, del punto de vista orgánico sería el componente activo.
Remedio casero: Picar una cucharada de jengibre fresco (puede ser rallado), agregar a una taza de agua hirviendo. Añadir miel y un poco de limón.
Mantenerse hidratado.
Ante una gripe, la primera indicación es tomar mucho líquido y es verdad que mantenernos hidratados es fundamental. Beber la cantidad suficiente de líquidos, 8 -10 vasos de agua en general, facilitará la eliminación de moco y mantendrá hidratadas las mucosas.
Té, caldos y sopas.
En toda película vemos el plato de sopa y el té para el resfrío. Las bebidas calientes tienen el poder de calmar la tos, y aliviar la irritación, al contrario de los alimentos fríos, que dan una sensación fresca momentánea que luego se va y regresa el malestar. Tomar líquidos a temperatura natural a caliente es mejor.
Sopa antigripe de zanahoria jengibre y cúrcuma (para entrar en calor rápido)
Ingredientes:
2 cucharadas de aceite de oliva.
½ puerro cortado fino.
1 diente de ajo picado.
2,5 cm de jengibre rallado.
6 zanahorias cortadas en rodajas.
Una pizca de sal.
¼ cucharadita de canela molida.
2,5 cm de raíz de cúrcuma rallada (o ½ cucharadita molida).
4 tazas de agua.
2 cucharadas de perejil finamente picado o semillas para decorar.
Procedimiento:
Colocar el aceite en una cacerola mediana a fuego medio. Añadir los puerros, el ajo, el jengibre molido, y saltear por 2 minutos. Sumar las zanahorias, sal, canela y cúrcuma y cocinar 3 a 4 minutos revolviendo, añadir el agua y dejar que hierva. Bajar el fuego y cocinar a fuego lento hasta que las zanahorias estén tiernas, unos 15 minutos. Licuar la sopa, servir y decorar con perejil picado, cilantro o semillas. Podés rallar jengibre y agregarlo para darle un sabor más fuerte.
Es normal tener menos apetito.
Cuando el resfrío está en su pico, por lo general en sus dos primeros días, es normal no sentir hambre. No te preocupes si no estás comiendo tantos alimentos sólidos, pero sí hidratate no solo a través de agua, también sopas, caldos, y tés.
Priorizar las preparaciones de fácil deglución porque la garganta suele estar irritada y las preparaciones con costra de tostación (así como tostadas, milanesas, empanados) generan molestia en la zona. Priorizar las preparaciones como cremas, flanes, licuados, purés, suele ser una solución.
Al fin y al cabo lo importante siempre será una alimentación variada y saludable que fortalezca al sistema inmune y, si pese a esto, caemos resfriados, tené en cuenta estos alimentos y usá los consejos de ayer y hoy una pronta recuperación.