Con información de El Universal/GDA
La banana es una fruta que se suele comer en cualquier momento del día, puesto que puede ser parte del desayuno como servir de postre luego de la cena. Su sabor la convierte en uno de los aperitivos favoritos para controlar el hambre entre las comidas.
Una práctica habitual al momento de comer esta fruta —que en Uruguay es posible debido a la importación, puesto que no se produce en el país— es sacarle las hebras blancas que sobresalen de la cáscara. Algunas personas las consumen igual, aunque estos filamentos son generalmente considerados como un desperdicio que debe desecharse.
Estas hebras de la banana se llaman "paquetes de floema" y tienen una función similar a la de nuestros vasos sanguíneos, puesto que se encargan de transportar agua, nutrientes y otras moléculas para que la fruta se desarrolle plenamente.
Además de esta función, los filamentos realizan el transporte masivo de carbohidratos desde la parte fotosintética de la planta (hoja del banano) hasta los órganos vertederos (las semillas o raíces).
Comer los filamentos de la banana no acarrea ninguna consecuencia grave para la salud. Se pueden quitar, pero se estarían desperdiciando varios nutrientes, puesto que los paquetes de floema, al igual que el resto del fruto, contienen fibra, que ayuda al intestino a funcionar de manera adecuada y previene el estreñimiento, así como infecciones ocasionadas por bacterias y otros parásitos. También aportan potasio, mineral que hace que nuestro ritmo cardíaco sea constante y se encarga del buen funcionamiento de los riñones, músculos, nervios y el aparato digestivo. De igual manera, en los "hilos" de la fruta se encuentra vitamina C, necesaria para la formación y reparación de los tejidos del cuerpo. Finalmente, interviene en la producción de colágeno para aportar firmeza a la piel.
Consejos para elegir y conservar bananas
Es conveniente elegir las bananas que cuentan con su cáscara amarilla con pequeños puntos marrones, puesto que es en esta instancia que se encuentran en su punto justo de maduración. No pasa lo mismo cuando están totalmente verdes o negras, según indicó a La Nación la licenciada en Nutrición Natalia Presner. “En el primer caso, como todavía no están desarrolladas, hay nutrientes como los hidratos de carbono que no se pueden aprovechar”, argumentó la especialista.
Por otra parte, a la hora de conservar las bananas, Julio Bragagnolo, médico y jefe de la unidad de Nutrición y Diabetes del Hospital Ramos Mejía, indicó al medio argentino que se aconseja que sea a temperatura ambiente (entre 10°C y 20°C, aproximadamente) y alejadas de los rayos del sol, con el objetivo de evitar su oxidación. Una vez que alcanzan su madurez, se las puede guardar en la heladera, para evitar su deterioro.