Redacción El País
Los términos prebióticos y probióticos han alcanzado popularidad para aquellos interesados en mantener una salud digestiva óptima mediante la nutrición, debido a su reconocida capacidad de influir beneficiosamente en el microbioma intestinal. A pesar de esto, el concepto de posbióticos es un descubrimiento relativamente reciente que ofrece una visión más amplia sobre las maneras en las que se puede optimizar y preservar la salud digestiva.
Los probióticos son esos microorganismos vivos que se hallan en alimentos fermentados como el yogur, el chucrut y ciertas variedades de quesos. Su rol es esencial para una digestión saludable y el mantenimiento de una óptima salud general, explicaron desde la Universidad de Harvard. Estas bacterias y otros microorganismos son parte fundamental de un ecosistema mucho más amplio, conocido como el microbioma del intestino, donde se albergan aproximadamente 100 billones de microorganismos que habitan el tracto digestivo. Estos cumplen funciones cruciales en diversos procesos fisiológicos y metabólicos y tienen un impacto significativo en el sistema inmunológico.
Por otro lado, los prebióticos son tipos de fibra que el cuerpo humano no puede digerir, encontrados en alimentos como las legumbres, los granos enteros y algunas verduras, indicaron desde la universidad. Proporcionan volumen y facilitan el tránsito intestinal, actuando además como "alimento" para los probióticos. La descomposición de estas fibras alimentarias produce componentes que fomentan el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas en el intestino.
A partir de la interacción de los prebióticos con los probióticos se originan los posbióticos, que son los subproductos metabólicos generados por la simbiosis de estos dos componentes. Estos posbióticos incluyen moléculas orgánicas como los ácidos grasos de cadena corta —entre ellos, el butirato, el propionato y el acetato— claves para la salud intestinal y el correcto funcionamiento del colon.
La gama de posbióticos saludables es extensa e incluye una serie de sustancias bioactivas como vitaminas de los grupos B y K, aminoácidos, péptidos antimicrobianos y exopolisacáridos. Las propiedades antiinflamatorias de estos compuestos y su capacidad para reforzar las barreras intestinales son vitales. A su vez, estos posbióticos actúan en la modulación de la respuesta inmune tanto a nivel local como sistémico. Los posbióticos también podrían tener un rol importante en la regulación y prevención de enfermedades causadas por patógenos intestinales.
Para aumentar los posbióticos, se puede incorporar nuevos alimentos a la dieta. Estos deben ser alimentos fermentados que naturalmente los contienen, como el kéfir, el tempeh y el kimchi, recomendó el médico de Harvard Toni Golen. Una dieta que promueva una diversidad de bacterias intestinales saludables es un factor clave no solo para mejorar el bienestar digestivo, sino para la salud general.
Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.