Entre mechas, balayage, baby lights y tratamientos para embellecer a sus clientas, Claudia construyó una carrera llena de creatividad y dedicación en el mundo de la estética. Sin embargo, más allá de las técnicas de peluquería, otra de sus pasiones siempre ha sido la de descubrir y compartir lo natural y auténtico.
Esta fascinación por los productos naturales y de alta calidad la llevó a un hallazgo sorprendente: las bondades de la sal marina.
“Siempre me ha encantado consumir sal de buena calidad”, contó Claudia y recordó que desde hace años muchos de sus clientes solían preguntarle qué quería que le trajeran de sus viajes al exterior. Su respuesta era siempre la misma: sal. Sal de calidad, de distintas partes del mundo.
Esa conexión con lo auténtico y puro fue la chispa que encendió una nueva aventura. Así fue como, gracias a su pasión por los productos genuinos, se asoció con Alejandro, quien ya trabaja desde hace años en el sector, para producir una sal marina de calidad excepcional en Brasil. Juntos, impulsan un proyecto que refleja su amor por lo natural y su compromiso con ofrecer lo mejor: Sal de Mar.
“Decidimos asociarnos para ofrecer una sal de alta calidad, completamente marina, con un precio accesible y una producción continua”, explicó Claudia.
La materia prima que importan de Brasil no solo es natural, sino que también es recogida de manera artesanal. “La sal que ofrecemos es mucho más intensa en sabor porque es 100% marina, no es de mina. Se recoge a mano, y en nuestra planta la preparamos con mucha precisión, también a mano”, detalló. Este proceso artesanal le da un valor agregado, ya que la sal es más pura y no contiene aditivos ni químicos.
A diferencia de la sal refinada, que pasa por procesos industriales que eliminan casi todos sus minerales y la hacen más perjudicial para la salud, la sal marina conserva una gran cantidad de nutrientes esenciales.
“Nuestra sal no tiene flúor ni productos químicos, solo lo que el mar nos ofrece”, enfatizó Claudia, haciendo hincapié en que prefieren evitar el uso de aditivos como el yodo, algo común en las sales refinadas debido a las regulaciones del mercado.
Los beneficios de la sal marina.
Mientras que la sal marina es reconocida por su sabor más intenso y su pureza, también ofrece numerosos beneficios para la salud que la sal refinada no puede igualar. Según estudios de la Universidad de Harvard, por ejemplo, la sal marina contiene minerales esenciales como el magnesio, el calcio y el potasio, que son vitales para el funcionamiento del cuerpo. Es sabido que el magnesio ayuda a regular la presión arterial y favorece la circulación sanguínea, contribuyendo a la salud cardiovascular.
En contraste, la sal refinada pasa por un proceso industrial que elimina casi todos estos nutrientes, explicó Claudia. La sal común está compuesta principalmente de cloruro de sodio puro, mientras que los aditivos como el yodo y el antiaglutinante se agrega durante el refinado, lo que empobrece su perfil nutricional. Aunque el yodo es importante para la función tiroidea, muchas personas ya obtienen suficiente de este mineral a través de su dieta, lo que hace innecesario el consumo de sal refinada.
Al ser más intensa, la sal marina permite utilizar menos cantidades: esto puede ser beneficioso para reducir el consumo de sal y, por ende, prevenir problemas de salud como la hipertensión y enfermedades cardiovasculares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda moderar el consumo de sal para evitar estos riesgos, ya que el exceso de sodio puede generar retención de líquidos, presión arterial alta y otros trastornos renales.
Sostenibilidad a la hora de producir.
Una de las grandes ventajas de la sal marina que promueve Claudia es su proceso de obtención sostenible. “Nos asociamos con Alejandro, quien se encarga de la producción sostenible, asegurándonos de que la sal se extraiga de la manera más natural posible”, comentó. La extracción de la sal marina que utilizan se realiza a través de la evaporación solar, un proceso que respeta el medio ambiente y mantiene la integridad del producto. Claudia y Alejandro actualmente ofrecen sales con pimienta, ahumadas, con ajo, entre otras.
En relación al bienestar del consumidor, la sal marina es una opción mucho más saludable y natural en comparación con la refinada. Conserva minerales esenciales, tiene un impacto menor en la salud y es más sostenible para el medio ambiente. Su consumo también debe ser moderado, pero la clave está en elegir productos de calidad, como la de Sal de mar, que ofrece una sal de alta calidad sin aditivos ni procesos industriales.
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