Sabrina Cuculiansky, La Nación/GDA
Las semillas de girasol, de la planta con nombre científico Helianthus annuus, ya estaban instaladas como un snack saludable antes del auge de la alimentación sana. "Esto fue una ventaja para que se convirtieran en las semillas más valoradas y conocidas por el consumidor y dentro de la gastronomía. Además, son un alimento muy rico y versátil, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para incorporar en las preparaciones", explicó la cocinera argentina Francisca Uriburu.
También llamadas "pipas" o "pepitas", son muy nutritivas y energéticas, por ser altas en proteínas y naturalmente bajas en carbohidratos. Son un potente antioxidante, sus componentes promueven la salud ósea, así como su fibra ayuda a mejorar el sistema digestivo y el tipo de grasas que contiene es de los más saludables para la salud cardiovascular.
Además, se caracterizan por su sabor neutro, que se acentúa cuando están horneadas o tostadas. "En las preparaciones las utilizo peladas, tanto tostadas, garrapiñadas como en su forma natural o, incluso las utilizo molidas" propuso Uriburu. "Su distintivo sabor, la vuelve ideales para consumirlas crudas, tostadas o incorporadas en otras preparaciones", continuó.
Si bien morderla entre los dientes para pelarlas es parte del ritual, cuando se ofrecen sin cáscara es porque atraviesan un proceso productivo que logra descascararlas y permite ofrecerlas peladas en todas sus variedades.
Preparaciones con semillas de girasol
Se pueden incluir, por ejemplo, en una gremolata, que resulta ideal para acompañar carnes y verduras, como hizo Uriburu. "En este caso, las utilicé enteras y las mezclé con los otros ingredientes; y las incluí en una masa de tarta de calabaza”.
En cuento a lo dulce, realizó alfajorcitos rellenos de frambuesa donde las incluyó procesadas, al igual que hizo para preparar grisines. "En ambos casos, primero las mezclé junto con los secos, logrando un arenado, y luego les agregué la materia grasa manteca para los alfajorcitos y aceite de oliva para los grisines”, indicó. También son perfectas para las garrapiñadas.
Para la cocinera, el secreto es jugar con las distintas texturas de un plato para que las semillas resalten su crocancia. Son muy buenas tostadas, puesto que el contacto con el calor ayuda a que expresen su sabor y textura. Por ejemplo, un mix de verdes, queso parmesano y semillas de girasol tostadas con un poco de curry, sal y pimienta, es una perfecta combinación.
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