Por Priscilla Primi, O Globo - GDA
Imagine un video de una receta de torta de chocolate de una influencer digital, con más de 8 millones de seguidores, famosa por su estilo de vida saludable y por promocionar un programa deadelgazamientomuy caro. Su voz narra los ingredientes comunes y no los 'fit', la cantidad y el modo de preparación, mientras en el paso a paso se muestra cada detalle. El espectador observa mientras espera la gran sorpresa. Al final del video, la coach asocia todos los ingredientes con diversas enfermedades: cáncer, infarto, enfermedad celíaca, Alzheimer, obesidad, enfermedades hepáticas, entre otras.

Mi especialidad es la obesidad y el sobrepeso. Trabajo a diario con hombres y mujeres que quieren y necesitan perder peso, ya sea para mejorar su autoestima o por recomendación médica, debido a enfermedades relacionadas con el aumento de peso. La mayoría de mis pacientes tienen una relación muy complicada con la comida. Incluso diría que es una relación tóxica.

En la primera consulta, noto que al elegir los alimentos, los clasifican mentalmente en permitidos y prohibidos. Intentan seguir una dieta basada únicamente en los permitidos y, cuando surge alguna complicación, como por ejemplo, un bombón en una fiesta, terminan culpándose y sintiéndose frustrados. Relatan, avergonzados, que disfrutan de comer, como si eso fuera algo malo. Para mí, lo malo es aquel que ve la comida como enemiga, que se culpa por disfrutar de una porción de torta. La gente ha perdido el sentido de cómo deben comportarse ante un bombón".

Gran parte de este sentimiento es consecuencia del terrorismo nutricional difundido, principalmente, en las redes sociales. El término utilizado en este tipo de videos es el copywriting, una estrategia muy utilizada en el marketing digital que recurre a la escritura o a videos persuasivos como herramienta para convencer al internauta de realizar una acción. Es decir, asociar el alimento con la enfermedad parece ser la manera más eficaz de perder peso y de lograr vender métodos de adelgazamiento con mayor efectividad."

La inflamación es otro tema muy utilizado en el copywriting: las personas están gordas porque están inflamadas. La harina de trigo inflama, la leche inflama y el gluten inflama. Por lo tanto, para reducir la obesidad, simplemente elimina estos alimentos y lograrás bajar los números en la balanza. ¿Será cierto? La inflamación es una respuesta a la infección o lesión tisular que ocurre para erradicar microorganismos o agentes irritantes y para potenciar la reparación tisular.

Esta respuesta se manifiesta con cambios inmunológicos, bioquímicos y fisiológicos, promoviendo la liberación de mediadores químicos proinflamatorios. Es una reacción vital y natural de nuestro cuerpo y tiene un inicio, un medio y un fin. El cuerpo responde produciendo sustancias antiinflamatorias. El ejercicio físico es un gran agente inflamatorio, ya que la hipertrofia muscular ocurre como resultado de la inflamación, es decir, si quieres "crecer", debes inflamarte. El dolor post-ejercicio es una reacción a este evento.

El problema surge cuando la inflamación es crónica, es decir, cuando hay una producción continua de moléculas inflamatorias y una disminución de sustancias antiinflamatorias. Hay numerosos estudios que relacionan la inflamación con la aparición de enfermedades como la diabetes, la aterosclerosis y la demencia, porque provoca estrés en el cuerpo y termina dañando células y tejidos.

Lo que se sabe, según evidencia científica, es que el estrés, enfermedades autoinmunes como la psoriasis, lupus, esclerosis múltiple, artritis reumatoide, enfermedades virales (como el Covid-19 y la gripe), cáncer y los alimentos ultraprocesados, ricos en grasa saturada, aditivos y azúcar y pobres en fibra, aumentan la producción de moléculas inflamatorias, y el exceso en su consumo puede causar obesidad e inflamación.

El gluten, al igual que la harina de trigo, solo causa inflamación en quienes son sensibles a él. Por otro lado, la leche no provoca inflamación y existen estudios que demuestran lo contrario, que en realidad tiene efectos antiinflamatorios para aquellos que no son intolerantes a la lactosa.