La Nación - GDA
La cúrcuma se ha utilizado como especia y medicina natural durante miles de años. Y en las últimas décadas, se ha vuelto popular como suplemento dietético, a menudo vendido como curcumina (un compuesto químico que se encuentra en la cúrcuma seca) y se afirma que puede aliviar el dolor articular, reducir la inflamación y mejorar la movilidad.
“En Tailandia, la cúrcuma también se consume a menudo en forma de especia o suplemento para calmar síntomas gastrointestinales como hinchazón e indigestión”, señala el Krit Pongpirul, profesor asociado de medicina preventiva y social en la Universidad Chulalongkorn en Bangkok. Pero sólo unos pocos estudios pequeños han evaluado tales beneficios.
En un ensayo publicado recientemente en la revista BMJ Evidence-Based Medicine, Pongpirul y sus colegas probaron si los suplementos de curcumina podrían ayudar a los pacientes con dispepsia funcional, una afección gastrointestinal común que causa dolor de estómago y sensación de saciedad, náuseas e hinchazón después de las comidas
Para el ensayo de ocho semanas, los investigadores dividieron a 206 personas con dispepsia funcional en tres grupos asignados al azar: uno que tomó 20 miligramos de omeprazol (un medicamento que reduce el ácido del estómago) una vez al día; otro que tomó dos cápsulas de curcumina de 250 miligramos cuatro veces al día; y un tercero que tomó omeprazol y curcumina en las dosis anteriores todos los días.
Hubo 151 pacientes que completaron el estudio y, a las cuatro y ocho semanas, los tres grupos informaron reducciones similares en síntomas como dolor, eructos, acidez de estómago e hinchazón.
Según Pongpirul, la curcumina parecía ser tan eficaz para reducir los síntomas de dispepsia funcional como el omeprazol. Sumado a ellos se informaron pocos efectos secundarios, aunque los autores señalan que se necesitan más estudios a largo plazo para evaluar los riesgos y beneficios del suplemento.
Brian Lacy, gastroenterólogo y profesor de medicina en la Clínica Mayo en Jacksonville, Florida, escribe por correo electrónico que, a pesar de estos resultados prometedores, dudaría en recomendar suplementos de curcumina a sus pacientes basándose únicamente en este estudio. “Los resultados habrían sido más convincentes si el estudio hubiera incluido un grupo de placebo, pero sin uno es imposible saber si las respuestas de los participantes se debieron al tratamiento, al efecto placebo o al paso del tiempo”, sostiene.
Además, Lacy agrega que la dispepsia funcional causa graves molestias y en los Estados Unidos no existen medicamentos aprobados para tratar la afección. El omeprazol, que se utiliza comúnmente sin autorización, parece ayudar sólo a uno de cada 10 pacientes . “Sin mejores tratamientos, aquellos que prefieren productos naturales o a base de hierbas podrían usar con confianza estos datos para decir: ‘Probemos primero con la curcumina’”, sugiere Lacy.
Pero Mahtab Jafari, profesor de ciencias farmacéuticas de la Universidad de California en Irvine, advierte que los pacientes con síntomas gastrointestinales dolorosos no deben usar curcumina sin una evaluación médica adecuada primero. Y debido a que los suplementos dietéticos están mal regulados, hay que tener en cuenta algunas advertencias importantes.
¿Puede la cúrcuma ayudar con otras afecciones?
“La cúrcuma y la curcumina se encuentran entre los suplementos dietéticos más estudiados”, relata Janet Funk, profesora de medicina de la Universidad de Arizona.
En una amplia revisión publicada en marzo, Funk y sus colegas evaluaron 389 ensayos clínicos sobre cómo los suplementos de curcumina pueden influir en diversas afecciones de salud, incluidas la diabetes tipo 2, la osteoartritis, las afecciones digestivas, el cáncer y la demencia.
Funk explica que muchos eran estudios pequeños y no estaban bien diseñados, pero la evidencia sí sugería que los suplementos probablemente eran útiles para la osteoartritis y potencialmente útiles para las personas con resistencia a la insulina o diabetes.
“La composición de los productos utilizados en esos estudios varió ampliamente, al igual que los suplementos que hay hoy en día en el mercado. Eso hace que sea difícil obtener resultados prometedores para un suplemento en un ensayo y encontrar uno que coincida en una tienda”, advierte Funk.
También se ha descubierto que los suplementos de curcumina contienen algunos contaminantes potencialmente dañinos. En un estudio publicado en 2018, Funk y sus colegas analizaron 35 suplementos de curcumina y encontraron plomo en todos los productos menos en uno.
También encontraron residuos de solventes industriales tóxicos, como tolueno, una sustancia química que se encuentra en la pintura, el esmalte de uñas y la gasolina, en 25 de los productos analizados, aunque los niveles de solvente estaban por debajo de los límites que generalmente se consideran seguros. Y muchos de los suplementos de curcumina incluían piperina, un extracto de pimienta negra, que aumenta la absorción de la curcumina pero que también puede interferir con algunos medicamentos.
El Dr. Jafari, que estudia la curcumina en su propio laboratorio, considera que es cierto que tiene efectos antiinflamatorios reales, pero dada la falta de ensayos grandes, bien diseñados y de regulación de la industria, no recomienda los suplementos de curcumina.
“Antes de usar cualquier suplemento dietético, hay que comprobar que haya sido verificado por organizaciones externas confiables”, aconseja Jafari.
También sugiere consultar con un proveedor de atención médica para detectar posibles interacciones con medicamentos o interferencias con exámenes médicos que se puedan necesitar; “también hay que ir controlándose con la ingesta para detectar cualquier efecto secundario de tomar el suplemento”, agrega.
Pero dadas las preocupaciones sobre la pureza y seguridad de los suplementos de cúrcuma, el mejor uso de la planta podría ser la más antigua: “Compre las hermosas raíces de cúrcuma, muélalas, póngalas en su comida y disfrútela”, finaliza Jafari.