Redacción El País
Las uvas fueron utilizadas con fines medicinales en diversas culturas a lo largo de miles de años. Estas frutas contienen más de 1.600 compuestos bioactivos, de los que muchos ofrecen beneficios para la salud.

Al ser una fuente rica de potasio, las uvas contribuyen al equilibrio de líquidos en el organismo. Este mineral tiene un papel en la reducción de la presión arterial y en la disminución del riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, según indicó el portal médico WebMD. Dada la insuficiencia de potasio en la dieta promedio, la inclusión de uvas puede ser de gran ayuda.

La vitamina E, abundante en las semillas de uva, favorece la suavidad e hidratación de la piel. Otros compuestos presentes en las uvas pueden combatir el acné y mejorar la circulación en el cuero cabelludo, resultando en un cabello más saludable.

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A pesar de su dulzura, las uvas pueden contribuir a la pérdida de peso gracias a un compuesto natural que dificulta el almacenamiento de grasa en las células y promueve su descomposición más acelerada. No obstante, es clave moderar su consumo, puesto que una porción adecuada equivale a media taza o cerca de 16 uvas, advirtió el sitio.

Los componentes químicos naturales presentes en las uvas reducen la inflamación y protegen las células del daño. Esto repercute positivamente en la salud ocular, pudiendo prevenir o retrasar patologías como las cataratas y el glaucoma.

El resveratrol, encontrado en las uvas, podría reforzar las defensas del organismo contra agentes patógenos. Aunque se requieren más estudios para comprender su efecto completo, podría incorporarse en el futuro a productos destinados a la curación de heridas o prevención de infecciones bacterianas.

Este componente también interviene en la ralentización del proceso de degeneración celular asociado al envejecimiento, lo que podría impedir la formación de placas nocivas en el cerebro y proteger su funcionamiento.

El elevado contenido de agua en las uvas, además, facilita el proceso digestivo, y su rica fibra insoluble promueve la formación de heces más blandas, se agregó desde WebMD.

La melatonina, presente en la piel de las uvas, es reconocida por mejorar la calidad del sueño, aliviando trastornos como el desfase horario y el insomnio, y podría contribuir a la estabilización del estado de ánimo.

El bajo índice glucémico de las uvas evita aumentos bruscos en los niveles de azúcar en sangre, convirtiéndolas en una opción viable para personas con diabetes. Además, los polifenoles de las uvas moradas pueden ayudar a prevenir la diabetes tipo 2.

La investigación sugiere que los antioxidantes en las uvas podrían prevenir o ralentizar la proliferación de células cancerígenas, incluyendo las de cánceres de boca, pulmón, garganta, páncreas, próstata y colon.

Aunque algunos suplementos contienen nutrientes similares a los de las uvas, el consumo de uva fresca parece ofrecer los beneficios más significativos. El jugo de uva, pese a ser beneficioso, debería consumirse con moderación debido a su alta concentración de azúcares y la ausencia de la fibra que poseen las uvas enteras.

La cantidad de antioxidantes varía según la variedad de uva, su origen, y su tratamiento posterior a la cosecha. Sin embargo, se ha determinado que las uvas de tonos rojo oscuro y violeta poseen mayor concentración de antioxidantes en comparación con las blancas o verdes, apuntó el portal especializado.

El vino tinto, subproducto de las uvas, puede tener beneficios para la salud, pero su consumo debe ser moderado. Se recomienda un máximo de dos porciones diarias para hombres y una para mujeres.

Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.