El caso ocurrió en Túnez y se reportó en la revista académica New England Journal of Medicine. Los investigadores alertaron sobre los riesgos asociados al ácido glioxílico (y sus derivados, como el ácido glicólico), muy popular en los tratamientos de laciado de cabello brasileños.
Al aplicarse el producto, sus ingredientes son absorbidos por la piel, llegan al torrente sanguíneo y viajan a los órganos internos. Según los especialistas, una vez en el organismo, pueden formar cristales y, como consecuencia, impedir el funcionamiento correcto de los riñones.
La mujer, cuyo nombre no fue revelado, utilizó una crema con 10% de ácido glioxílico. Los exámenes mostraron que los niveles de creatinina —un producto residual— en su sangre aumentaron al doble de los valores normales. En el informe del caso, se explicó que el ácido dañó los riñones porque dentro de los órganos se descompuso en cristales "alargados", los cuales formaron piedras.
El laciado con ácido glioxílico
Es un tratamiento químico utilizado para alisar el cabello de manera temporal o permanente. Este método ha ganado popularidad en los últimos años como una alternativa al alisado con formaldehído, que se ha sido asociado con riesgos para la salud.
El ácido glioxílico actúa rompiendo los enlaces de disulfuro en el cabello, lo que permite que el cabello se alise. Este proceso implica aplicar una solución que contiene ácido glioxílico al cabello, que luego se sella con calor. Después de este proceso, el cabello se lava y se trata con productos neutralizantes para fijar la forma lacia.
Aunque el alisado con ácido glioxílico puede ofrecer resultados efectivos en el alisado del cabello, también conlleva riesgos potenciales para la salud. Por ejemplo, el ácido glioxílico puede ser absorbido por la piel y entrar en el torrente sanguíneo, lo que puede tener efectos adversos en la salud, como irritación de la piel, sensibilidad en el cuero cabelludo, y en casos extremos, como el mencionado anteriormente, insuficiencia renal.
Cualquier tratamiento químico para el cabello debe ser realizado por un profesional y en un entorno adecuado para minimizar los riesgos para la salud. Además, es esencial seguir las instrucciones del fabricante y realizar pruebas de sensibilidad en la piel antes de someterse al tratamiento.
Siempre es recomendable consultar a un dermatólogo o un profesional de la salud capilar antes de someterse a cualquier procedimiento químico en el cabello.