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Alimentos y prácticas que pueden estar dañando tu hígado: las advertencias de un profesional

La función hepática resulta clave para distintos procesos vitales del organismo, por lo que resulta esencial cuidar del órgano para así preservar la salud general.

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Cubos de azúcar.
Cubos de azúcar.
Foto: Archivo El País

Redacción El País
El hígado es el órgano que tiene mayor tamaño dentro del cuerpo del ser humano, y se encarga de ayudar al organismo a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar toxinas.

Un óptimo cuidado del hígado es esencial para preservar la salud general, por su implicación en diversos procesos vitales.

Consumo excesivo de azúcar

El exceso de azúcar no solo afecta los dientes, sino que también puede provocar daño hepático. El hígado usa fructosa, un tipo de azúcar, para generar grasa. Altos niveles de azúcar refinado pueden resultar en acumulación de grasa que conduzca a enfermedades del hígado.

Investigaciones sugieren que el efecto del azúcar en el hígado es comparable al del alcohol, aun sin presentar sobrepeso. Por ende, es recomendable restringir el consumo de alimentos con azúcares agregados como refrescos, tortas y caramelos, según consignó el médico Minesh Khatri de WebMD.

Suplementos herbales

A pesar de que algunos suplementos sean etiquetados como "naturales", no siempre son beneficiosos para la salud. La kava kava, una hierba usada por algunos para aliviar los síntomas de la menopausia o para relajarse, se ha evidenciado que puede interferir con la función hepática, resultando en hepatitis e insuficiencia hepática, advirtió Khatri. Varios países han prohibido o limitado esta hierba, y es esencial consultar a un médico antes de consumir cualquier suplemento herbal para confirmar que sea seguro.

Sobrepeso

El exceso de grasa puede acumularse en las células hepáticas, desencadenando la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA). Esto puede causar inflamación hepática, y con el tiempo, la cicatrización y endurecimiento del tejido (un proceso conocido como cirrosis).

Los individuos con mayor riesgo de desarrollar EHGNA son aquellos con sobrepeso u obesidad, personas de mediana edad o aquellos diagnosticados con diabetes. Sin embargo, es posible revertir esta condición con una dieta adecuada y ejercicio frecuente.

Vitamina A en exceso

La vitamina A es esencial para el organismo y se encuentra naturalmente en frutas y verduras, especialmente las de color rojo, naranja y amarillo. No obstante, consumir suplementos con altas dosis de vitamina A puede ser perjudicial para el hígado.

Antes de incrementar la ingesta de vitamina A es prudente consultarlo con un profesional de la salud, puesto que puede que no se necesite una suplementación adicional.

Bebidas azucaradas

Estudios indican que las personas que consumen grandes cantidades de bebidas azucaradas tienen una incidencia más alta de EHGNA. Aunque no se ha comprobado que dichas bebidas sean la causa directa, si se ha pensado en reducir su ingesta, considerar el impacto en la salud hepática podría ser un incentivo adicional para hacerlo.

Los nutricionistas recomiendan evitar los refrescos. Foto: Archivo El País
Un vaso de refresco. Foto: Archivo El País
Foto: Archivo El País

Paracetamol

Cuando se tiene dolor de cabeza, de espalda o un resfriado, es común recurrir a un analgésico. Sin embargo, es crucial asegurarse de no exceder la dosis recomendada. Un consumo accidentalmente elevado de productos que contienen acetaminofén (como podría ser tomar una pastilla para el dolor de cabeza y otra para el resfriado, ambas con acetaminofén) puede ser tóxico para el hígado. Es importante verificar la dosis y no superar los límites recomendados para evitar daños.

Grasas trans

Las grasas trans son un tipo de grasa artificial presente en varios productos procesados y repostería (identificables en los ingredientes como "parcialmente hidrogenados"). Una dieta alta en grasas trans puede llevar al aumento de peso, lo que termina siendo perjudicial para el hígado. Siempre conviene revisar las etiquetas para evitarlas, y tener presente que incluso los productos que marcan "0" gramos de grasas trans, pueden contener pequeñas cantidades de estas.

Riesgos de contaminación por aguja

La transmisión de la hepatitis C puede suceder si un médico o una enfermera sufren un corte con una aguja utilizada con un paciente, o a través del uso compartido de agujas para la inyección de drogas.

El riesgo no procede de la aguja en sí, sino de la sangre que puede contener. Por esta razón, se recomienda hacerse la prueba de hepatitis C al menos una vez después de los 18 años para todas las personas, exceptuando aquellos en contextos donde la prevalencia del VHC es menor al 0,1%.

Consumo de alcohol

Es de conocimiento común que el consumo excesivo de alcohol es perjudicial para el hígado. No obstante, se puede caer en el exceso sin llegar a ser alcohólico o adicto.

Muchas veces las cantidades consumidas de alcohol son mayores de lo que parecen, debido a que los vasos pueden contener más que la porción estándar, que es de 148 ml de vino, 355 ml de cerveza o 45 ml de licores destilados. Si se decide beber, es preferible hacerlo con moderación, limitando a una bebida diaria para mujeres y hasta dos para hombres.

Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.

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