Eloys adoraba los cuadernos de doble raya. Esos que todos cuando pequeños, pedíamos a gritos que no nos obligaran a usar en la escuela. Su madre se los compraba y él practicaba su caligrafía. Le encantaba y lo disfrutó durante toda su infancia. Pero en su adolescencia le hallaron un tumor, tiempo después debieron amputarle la mano derecha y ya no pudo escribir más.

La suya pudo ser una historia con final triste, si no fuera porque hace cuatro años Eloys se cruzó con la organización Manos de Héroes, que desde 2020 entrega de forma gratuita manos y brazos impresos en 3D a personas de bajos recursos económicos. Él fue el primer beneficiario de esta iniciativa, y ahora, cuatro años después volvió a sus oficinas para encontrarse con algo que soñaba: una mano adaptada para que pueda escribir.

Así como Eloys, más de 150 personas llegaron un día sin una o dos manos o brazos y se fueron con sus extremidades y una felicidad que no pasaba por la puerta. Andrea Cukerman es la directora y fundadora de Manos de Héroes y contó a El País que su objetivo es ayudar a quienes no pueden acceder a una prótesis y hacerlo sin pedir nada.

Cuando Eloys fue a buscar su adaptador para escribir, también se llevó un suplemento para su bicicleta, que le brindó mayor seguridad al manejar. Otro día fue Mía, quien salió con sus dos “manos de héroes” y otro fue Byron, Camila y también Jorge, que perdió su mano en un accidente con un tractor o Seba, que pidió que su mano tuviera los colores de Nacional.

También está el caso de Daniel, un adolescente que está internado en el INAU. “Cuando le dimos la mano nos dimos cuenta de que sus necesidades iban mucho más allá”, contó Carla Del Poggio, contadora y colaboradora de Manos de Héroes y recordó esa sensación agridulce. Pero agregó que al poco tiempo volvieron a verlo y el chico no solo les agradeció, sino que les contó que duerme abrazado a su mano. “Ahí entendimos realmente el valor que tenía para él”, dijo.

Las historias son muy diferentes, los pedidos representan un desafío, pero todas tienen un punto en común: son personas que, de otra manera, no podrían acceder a una solución.

“Somos de los pocos que realmente los ayudamos de corazón, sin pedir nada a cambio”, resumió la directora, que se emociona al hablar de su trabajo.

Foto: Manos de Héroes

“Todo empieza con el pedido de la persona, que muchas veces viene de la familia, pero últimamente está viniendo mucho de las maestras, algo que me genera mucha esperanza, porque quiere decir que detrás está la institución, las maestras. Y no es cualquier pedido porque tienen que investigar, preguntar, ver qué tipo de mano sería, tomar medidas”, contó Cukerman sobre el inicio del proceso de una “mano de héroe”.

Además, detalló que en muchos casos se encuentran con personas que no se animan a pedirles por no quitarle el lugar a otro, o porque, sencillamente, “no creen que sea posible que alguien les entregue una mano en forma gratuita y sin pedirles nada”.

Una vez que la organización tiene todos los datos del destinatario, que puede ser un niño o un mayor, se toman medidas, se ven los modelos, se eligen los colores “y ahí empieza la magia”.

Las impresoras 3D trabajan a toda velocidad en la oficina de Manos de héroes y, según contó su directora, en dos semanas un pedido puede estar pronto.

Foto: Leonardo Mainé

“Dependiendo del modelo es la cantidad de piezas que se imprimen y después se ensambla. Hay que imprimir la palma de la mano, las falanges, el antebrazo, el codo si es necesario y las piezas para unirlos. Una palma de la mano demora 8 horas, un antebrazo, 16”, relató.

“Algo muy lindo que estamos haciendo es dar charlas en las escuelas y enseñar a usar una impresora 3D”, contó Cukerman.

“En una escuela de Capilla del Sauce, Canelones, que ya tenía impresora 3D, los niños aprendieron a usarla y ahora le están haciendo la mano a una alumna. Eso para mí cierra el círculo, es maravilloso, porque nunca más lo van a olvidar. Ni la niña que recibe la mano ni quienes la imprimieron. Dar el regalo de poder dar es tan importante como el de poder recibir”, opinó.

Además, destacó la importancia que tiene esto en el combate al bullying que muchas veces reciben niños amputados o que nacieron sin una de sus manos.

“Se burlan de ellos porque no tienen una mano, pero después que reciben su prótesis todo cambia. Y tiene doble valor si son sus compañeros que las fabrican”, marcó.

Foto: Leonardo Mainé

En ese sentido, la directora de la organización aclaró que los modelos y diseños que usan no son como recetas ocultas, sino que por el contrario, la idea es compartirlos y que cada vez más manos puedan imprimirse. De hecho, dijo, están en contacto con organizaciones similares que hay en Argentina, Paraguay y de Colombia.

“Estamos en contacto entre nosotros y nos compartimos ideas, consejos o diseños, no hay una competencia. Nadie gana nada con esto, esto es para ayudar al otro”, resumió Cukerman.

Formas de colaborar con Manos de Héroes

Manos de héroes es una fundación sin fines de lucro, que se financia en base a donaciones de personas o empresas que quieren colaborar con ellos para que la obra continúe. Cukerman contó que allí solo trabajan tres personas fijas y el resto son voluntarios que los ayudan, en muchos casos, a mejorar el servicio. Por ejemplo, recordó el caso de una persona que llegó a solicitar ayuda y vieron que tenía varios tatuajes, entonces una voluntaria se ofreció a “tatuar” esa “mano de héroe” para él, como “un mimo”.

Se puede colaborar con ellos a través de donaciones puntuales o mensuales, y también por transferencia bancaria. Todos los datos para hacerlo están en su web www.manosdeheroes.com/colaborar.

Pero además, en pocos días, se realizará un espectáculo a beneficio. Con el apoyo de Rotary Aguada, la actriz y comunicadora Claudia Fernández presentará su unipersonal “Se dice de mí” en el Teatro del Notariado el 30 de julio y todo lo que se recaude será para Manos de héroes. Para adquirir entradas hay que escribir a [email protected]

Afiche de difusión