Johan Guerrero/El Tiempo GDA
¿Sabía que existe una bacteria que es la principal responsable de una gran parte de las intoxicaciones registradas en el mundo? La E. coli es una de las más populares entre científicos y expertos en seguridad alimentaria.

Según ‘CNN’, la búsqueda en línea sobre información de esta bacteria aumentó después de que Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos emitieron una alerta, tras la intoxicación de decenas de personas por consumir alimentos infectados.

Este microorganismo se encuentra presente de forma natural en el intestino de animales y humanos sanos, siendo inofensivo en la mayoría de los casos.

Sin embargo, existen cepas que pueden causar graves enfermedades intestinales y, en los casos más extremos, morir a causa de una insuficiencia renal conocida como el síndrome urémico hemolítico.

Los adultos sanos tienen un periodo de recuperación de aproximadamente una semana. Por su lado, los niños pequeños y personas mayores pueden presentar un gran riesgo de tener infecciones graves.

Para empezar, la infección por la bacteria E. coli puede producirse a través de alimentos contaminados, tales como la carne molida, la leche no pasteurizada o productos frescos, en especial la espinaca y la lechuga.

Sumado a esto, el agua contaminada también es un potencial medio de transmisión, ya que humanos y animales pueden infectarse por medio de las heces.

El agua de los arroyos, ríos, lagos o de riego, ya sea subterránea o superficial, puede estar contaminada, en especial si son pozos que no emplean ningún proceso de desinfección.

Esta bacteria también se puede propagar de persona a persona, en especial si los sujetos infectados no se lavan las manos correctamente después de ir al baño. Sin embargo, los brotes también se presentaron después de visitar zoológicos interactivos o establos de animales.

Quienes tienen más probabilidades de contagiarse son los adultos mayores, los niños menores de cinco años y las personas con un sistema inmunológico debilitado, como lo son los pacientes con SIDA, oncológicos y en tratamiento invasivo.

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Entre los síntomas más comunes provocados por E. coli están la diarrea leve o con sangre, calambres estomacales, náuseas, vómitos, cansancio y fiebre. Suelen aparecer después de tres o cuatro días de la exposición a la bacteria.

Aunque la mayoría de los pacientes tienen un proceso de recuperación de 10 días, sin someterse a ningún tratamiento, en algunos casos se puede agravar la situación, requiriendo hospitalización inmediata y siendo potencialmente mortal.