PRECAUCIONES

Bares, gimnasios y fiestas con ruidos altos: qué tener en cuenta para evitar daños irreversibles en los oídos

Según la Organización Mundial de la Salud más de 1000 millones de personas entre los 12 y 35 años correrá el riesgo de perder su audición debido a la exposición prolongada y excesiva a sonidos intensos recreacionales.

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Ruido

Los niveles de presión acústica actuales promedio en bares, gimnasios y clubes nocturnos puede oscilar entre 100 y 115 decibeles (dB). Por lo tanto, para proteger la audición y prevenir una pérdida auditiva inducida por ruidos, hay que estar informado y tomar precauciones al respecto ya que ciertos niveles de ruido no pueden sobrepasar los 15 minutos al día porque son perjudiciales y causan daños irreversibles para las células del oído.

Según un esquema creado por el Parlamento Europeo, por encima de los 101 dB el tiempo límite de exposición sin protección y antes de que produzca daño es de 4 minutos al día, mientras que disminuye a un minuto/día si se superan los 107 dB.

La situación se complica si es por encima de los 120 dB. En estos casos, basta con algunos segundos para generar un daño irreversible. Las discotecas y los bares suelen tener niveles superiores a los 100 decibeles.

¿Ir al gimnasio puede afectar la audición?

En los ginasios, son muchos más los factores generadores de ruido ya que a las voces de la gente hay que sumarles el sonido de los aires acondicionados, de las máquinas para hacer ejercicios, la música en el lugar más la de las clases en particular, los dispositivos personales que usa cada individuo -y que suelen tener alto volumen debido a que los sonidos externos son muy fuertes- y, por último, las pesas que son la fuente de ruido más dificultosa ya que con su caída constante en el piso generan vibraciones por todo el recinto (la mejor solución para este caso en particular es evitar que las vibraciones reboten y se expandan por toda la superficie. Para ello, hay que emplear materiales especiales diseñados para tal fin).

¿A partir de cuántos decibeles se puede afectar la escucha?

Para conocer más sobre la exposición a sonidos, hay que tener en cuenta que cero decibel es la unidad mínima audible para un oído humano sano que se conoce como “normoyente”, la caída de una gota de agua puede tener 10 dB, un susurro de voz cuchicheada tiene aproximadamente 15 dB, una típica conversación entre dos personas oscila entre 55 y 65 dB, el ruido de tránsito en una ciudad ruidosa varía entre 75 y 84 dB, un piano entre 80-85 dB, un secador de pelo puede alcanzar 85 dB, en un restaurant ruidoso con mala acústica pueden medirse 90 dB, el motor de un tractor puede rondar entre 105 y 110 dB igual que una máquina de cortar césped, un concierto de rock puede tener 115/120 dB y más también, turbinas de avión en aeropuertos llegan a 145 dB, un disparo de arma alcanza los 145/155 dB, un globo que explota puede rozar los 154 dB, entre otros.

Un nivel de presión sonora (SPL, por sus siglas en inglés) demasiado alto puede dañar el oído, que comienza a degenerar (dañar sus células ciliadas) con un valor de aproximadamente de 85-90 decibeles.

Entonces, frente a la exposición de manera reiterada, contínua o, al menos, dos veces a la semana a estos niveles de sonido, conviene usar protección auditiva ya que sería una buena forma de hacer prevención.

¿Cómo puedo proteger mis oídos?

Existen muchos tipos de protectores auditivos en el mercado, muchas marcas y cada uno tiene especificaciones diferentes (descartables, premoldeados, genéricos, personalizados, con filtros que atenúan entre 10 y 32 dB). Lo importante a tener en cuenta a la hora de elegir los protectores auditivos es consultar antes con el médico otorrinolaringólogo o con la audióloga especializada en el tratamiento de acúfenos e hiperacusia, que orientarán según el trabajo a llevar a cabo o al ruido recreacional expuesto.

Por Susana Domínguez / La Nación GDA

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