Bostezá sin complejos: aunque tenga mala fama, es un gesto de bienestar

Es algo que se siempre se asoció a cansancio o aburrimiento, y socialmente reprobable. Sin embargo, nuevos estudios neurocientíficos ponen en entredicho la condena a esa acción del cuerpo.

Compartir esta noticia
bostezo.jpeg
Bostezar no está mal.
Foto: Pexels.

Redacción El País
Imaginate la siguiente situación. Un miembro de tu familia está por hacer una aparición pública muy importante. En medio de ese acto, tu cuerpo te hace una mala jugada y bostezás. Una cámara de televisión o fotográfica capta ese momento y listo: lo que ese familiar tuyo haya dicho o hecho durante su aparición queda relegado tras ese bostezo. Eso fue lo que le pasó al expresidente de Estados Unidos Barack Obama hace diez años. El tipo estaba dando un discurso importante, una de sus hijas (Sasha) bostezó y lo que pasó a importar no fue el contenido de la alocución de Obama, sino que su hija haya bostezado.

Sasha Obama bostezando.jpg
A la hija de Obama se le "escapa" un bostezo durante el discurso de su padre, Barack Obama.
Foto: Reuters

Ahora imaginate otra situación: llegás a la primera cita cara a cara con el "match" de Tinder, te sentás a la mesa y entre pensamientos algo lujuriosos ("¡Epa! Qué simpática y atractiva resultó ser..."), se te escapa un bostezo. No es —obvio— tan grave como un eructo o una flatulencia (¡TRAGAME TIERRA!), pero digamos que arrancás desde -5 y vas a tener que remar a-bun-dan-te, como los gemelos Winklevoss (remadores olímpicos y co-fundadores de Facebook), si querés que esa cita acabe en un encuentro entre sábanas y almohadas.

Sin embargo, la ciencia tiene una visión mucho más piadosa sobre el bostezo, basada en datos y estudios. Para empezar, se señala que hay más de cien especies de mamíferos que bostezan, lo cual da a entender que es una función que va más allá de lo que hace a nuestra sociedad y sus costumbres culturales. Además, también se ha comprobado que los humanos empezamos a bostezar incluso antes de nuestro propio nacimientos, cuando aún estamos en el vientre de nuestra madre.

gato bostezando.jpg
Los felinos, una del centenar de especies mamíferas que bostezan.
Foto: Peakpx.

En una nota para La Nación, el terapeuta físico Ignacio Monti, declaró que "hoy sabemos que bostezar tiene múltiples beneficios: oxigena el cerebro y lo pone en estado de alerta, provoca una respuesta fisiológica que ayuda a disminuir los efectos nocivos del estrés y finalmente, al desperezarnos, todo nuestro cuerpo se activa, liberando las tensiones acumuladas”.

Otro dato interesante sobre el bostezo: contrariamente al lugar común que le atribuye al adulto mayor menos "aguante" que el joven, y por lo tanto más bostezos y ganas de irse a acostar mientras el jovenzuelo le da de punta a la fiesta y la vida, uno bosteza cada vez menos a medida que va envejeciendo, porque con el correr de los años va aprendiendo a reprimir ese impulso. Lo cual, como ya se vio, no es beneficioso para la salud. Así que bostezá tranquilo. Si tu cita pone cara rara simplemente decile: "No estoy aburrido, al contrario. Estoy oxigenando el cerebro porque tu presencia me estimula sobremanera".

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

vida sana

Te puede interesar