Chau bruxismo: claves para prevenir y tratar los efectos de apretar y rechinar los dientes

El bruxismo puede desencadenar problemas bucales, migrañas y mal descanso, entre otros; consejos de odontólogos para que no afecte su vida cotidiana.

Compartir esta noticia
Dentista muelas
Mujer con dolor de muelas en consulta odontológica.
Foto: Freepik.

Álvaro Heller y Carina Levy*
El bruxismo es una condición común que se caracteriza por el acto involuntario de apretar o rechinar los dientes, generalmente durante la noche, mientras dormimos. Esta acción puede causar varios problemas en la salud bucal y general.

Aunque no se conoce la causa exacta del bruxismo, se cree que hay varios factores que pueden desencadenar esta condición. El estrés es considerado uno de los principales desencadenantes; además, algunos trastornos del sueño, como la apnea del sueño, también se han asociado con esta condición.

El factor más importante es tener una oclusión (mordida) estabilizada, ya que los puntos que tocan cuando no deben (“interferencias”) pueden transformarse en “factores gatillo” para el bruxismo.

Los momentos más comunes en que se puede bruxar son de noche al dormir y durante el día al manejar, usar la computadora y entrenar en el gimnasio o practicar deportes como el tenis.

Síntomas del bruxismo.

Algunos de los síntomas más comunes incluyen dolor en los músculos de la mandíbula y la cara, desgaste dental excesivo, sensibilidad dental por abrasión o abfracciones y dolores de cabeza frecuentes. Además, el bruxismo puede causar tensión en el cuello, oído y otras partes del cuerpo.

Esta condición puede tener impactos significativos en la vida diaria de quienes la padecen. Apretar y rechinar los dientes constantemente puede provocar diversos problemas en la dentadura y la boca. Uno de los efectos más comunes es el desgaste extremo de los dientes, lo que puede llevar a sufrir hipersensibilidad dental y dificultad para masticar adecuadamente los alimentos. Además, el bruxismo puede provocar fisuras en el esmalte dental y desencadenar problemas en las encías, como sangrado y recesión gingival. Otro muy frecuente es la abfracción o lesión de cuello del diente no cariosa.

Asimismo, puede tener consecuencias en la articulación temporomandibular (ATM), que conecta la mandíbula con el cráneo. El constante apretamiento de la mandíbula puede causar inflamación y dolor en esta articulación, lo que se conoce como trastorno temporomandibular (TTM). Los síntomas del TTM incluyen dolor facial, mandíbula rígida, dificultad para abrir o cerrar la boca y chasquidos al masticar o hablar.

Dolor de muelas
Hombre con dolor de muelas.
Foto: Freepik.

El bruxismo es más común durante el sueño, lo que puede afectar negativamente la calidad del descanso. Esto puede causar cansancio y somnolencia durante el día, afectando el rendimiento y la concentración en las actividades diarias.

Además de los efectos en los dientes, la boca y el sueño, el bruxismo también puede tener otros impactos en la salud general. El constante apretamiento de la mandíbula puede generar tensión y dolor en los músculos faciales, el cuello e incluso en el oído. Algunas personas pueden experimentar dolores de cabeza recurrentes, migrañas y problemas de postura debido a la tensión muscular.

Es importante tener en cuenta que el bruxismo puede ser una manifestación del estrés y los trastornos del sueño. Por lo tanto, es fundamental abordar las causas subyacentes y buscar un tratamiento adecuado para controlar esta condición y reducir sus efectos en el día a día.

Cómo tratar el bruxismo.

Afortunadamente, existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar y controlar el bruxismo. Una de las primeras medidas es identificar y abordar las posibles causas subyacentes, como el estrés y los trastornos del sueño. Por lo tanto, es importante practicar técnicas de relajación y meditación o consultar a un experto de la salud mental.

Además, establecer una rutina de sueño regular y crear un ambiente relajante en el dormitorio puede ayudar a mejorar la calidad del sueño y reducir el bruxismo.

Una opción de tratamiento común para el bruxismo es el uso de una férula de descarga. Consiste en una placa de plástico moldeada que se coloca sobre los dientes superiores o inferiores durante la noche, para evitar el contacto directo entre los dientes y reducir el desgaste. Las férulas de descarga pueden obtenerse a medida a través de un odontólogo y son muy efectivas para proteger los dientes y la mandíbula de los efectos dañinos del bruxismo. Es importante seguir las recomendaciones del profesional odontológico en cuanto a la forma correcta de utilizar y cuidar la férula de descarga.

Existen muchos tipos de férulas o placas. La “tradicional” de Huffman ha mejorado mucho desde los años 80 con la digitalización. Hay otras —digitales también— de varios espesores más finos, para diagnosticar, estabilizar o tratar casos especiales.

Asimismo, hay varios láseres que ayudan a músculos, articulaciones e incluso dientes a recuperar su salud. Existen puntas específicas para este tipo de tratamiento, como la PBM (punta de bio modulación), que trabajan en longitudes de onda infrarrojas. Saber elegir el tipo de láser, el tiempo, la intensidad, la frecuencia y todos los parámetros es fundamental para lograr un buen tratamiento.

El equilibrado oclusal es una terapia que se utiliza en menos oportunidades, pero sí cuando ayuda a eliminar los “factores gatillo”, u otro tipo de desequilibrios menores. Para ello, el profesional debe haber logrado recolocar la mandíbula en su posición correcta respecto al cráneo y cara, así como la pacificación muscular.

Finalmente, la clave para reducir las probabilidades de padecer bruxismo y minimizar los efectos negativos que esta condición puede tener en el día a día, es seguir las recomendaciones del profesional de salud bucal y adoptar un enfoque integral.

De una vez por todas, chau bruxismo.

Para evitar el bruxismo y reducir sus efectos, se aconseja adoptar medidas que contribuyan al cuidado de la salud bucal y al manejo del estrés y los trastornos del sueño. Algunas recomendaciones son: mantener una rutina de higiene bucal completa, que incluya cepillado de dientes al menos dos veces al día con pasta dental no abrasiva; utilizar un cepillo de dientes de cerdas suaves y punta redondeada, y reemplazarlo cada dos meses; usar hilo dental y enjuague bucal diariamente; realizar visitas regulares al dentista; reducir las fuentes de estrés, ya sea a través del yoga u otras actividades; asegurarse de tener un buen descanso con una rutina de sueño regular y un ambiente propicio para ello; y evitar estimulantes como el alcohol, el tabaco y la cafeína antes de dormir. Si presentás problemas para conciliar el sueño o sufrís de insomnio, buscá ayuda profesional médica o terapéutica.

*Doctores en Odontología y directores de la clínica odontológica BioSmile.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

vida sanadientessalud bucal

Te puede interesar