Altura, respaldo, apoyo lumbar, ajuste de posa brazos, asiento, base, materiales, peso que soporta... La cantidad de detalles que deben considerarse a la hora de comprar una “simple” silla de escritorio puede resultar abrumadora. Sin embargo, para evitar dolores corporales, bien vale detenerse en cómo elegir el complemento ideal para el escritorio.
¿Por qué es importante elegir correctamente una silla, ya sea para trabajar o estudiar durante largas jornadas? “No hay dudas en la respuesta, el principal motivo para elegir una buena silla es evitar el dolor de espalda”, puntualizó Nicolás Zurlini, gerente de marketing de Grupo Grassi.
El ejecutivo, recordó que con la pandemia, tras trabajar meses en las sillas del comedor y sentir dolores, muchas personas optaron por la compra de sillas adecuadas. “Los adultos que tenían en sus oficinas equipamiento adecuado, no tardaron en descubrir que también lo necesitaban en su casa e incluso algunos padres atendieron el reclamo de sus hijos adolescentes que pedían mejores sillas para estudiar”, repasó Zurlini.
A la hora de elegir, no basta con optar por una silla estéticamente linda, sino que lo mejor será apuntar su ergonomía.
Una silla ergonómica “es la que ofrece las regulaciones que permiten adaptarse al cuerpo de cada usuario, lograr una postura correcta y saludable”. Vale considerar aspectos como:
- Ajuste de altura de la silla de escritorio. El mecanismo de la silla debe permitir que se regule la altura del asiento para que permita trabajar de forma cómoda.
“Los pies deben apoyarse por completo en el suelo y las rodillas deben estar a un ángulo de 90 grados, esto permitirá una correcta circulación de la sangre sobre las extremidades inferiores”, destacó Zurlini.
- Apoyo lumbar regulable. El correcto apoyo lumbar, permite mantener la espalda en posición adecuada y así reducir dolores y tensiones en la zona lumbar. Debido a que la altura de cada usuario varía, es necesario que este apoyo pueda ajustarse a la anatomía de quien usará la silla.
- Apoya brazos regulable. “Esta es una de las características que no todas las sillas de oficina cumplen”, enfatizó Zurlini. Y apuntó que el mecanismo de los apoya brazos tiene que brindar la posibilidad de que se ajusten y se adapten a la altura del escritorio. “Los codos deben estar apoyados y flexionados a 90 grados”, remarcó el experto.
- Asiento. Debe asegurar el confort a través de la densidad correcta de su material interior, según el peso de cada persona. “Normalmente las sillas vienen certificadas para soportar hasta cierto peso. A la hora de comprar, es importante preguntar cuál es este límite”.
- Respaldo en malla. Cuando el respaldo es en malla, la espalda podrá respirar correctamente y se evitará la transpiración. “Además, la malla se adapta perfectamente al usuario y a sus movimientos logrando que el respaldo sea más confortable”, apuntó.
- Base giratoria. Este punto es clave, ya que brinda estabilidad y movilidad, permite que el usuario se traslade de un lugar a otro. “Se aconseja que al menos tenga cinco puntos de apoyo porque esto nos permite girar con el cuerpo completo, evitando esfuerzos”, subrayó.
- Ruedas. Es recomendable que la silla tenga ruedas dobles o reforzadas. Algunas pueden ser de plástico o estar engomadas o siliconadas, están diseñadas para proteger pisos delicados.
Mitos de las sillas de escritorio
“Las sillas ejecutivas brindan más confort que las de oficina”, reza el mito, pero los respaldos acolchados y tapizados, por lo general, no ofrecen apoyo lumbar regulable. Más diseño no quiere decir mejor prestación.
Otro de los mitos indica que las sillas con reposa cabeza son más cómodas para trabajar., pero si nos sentamos en la postura correcta, este agregado no es necesario.
Un dato no menor a la hora de la compra, considerar qué garantía ofrece la silla. “Lo recomendable es que tenga al menos cinco años”. Y la gran clave: probar la silla antes de adquirirla, eso puede marcar la diferencia.