La Nación/GDA
Los gatos suelen afilar sus uñas, y esto lo hacen usando un rascador. De esta manera, los felinos descargan sus energías y despiertan un sentimiento de seguridad. Sin embargo, al no tener este objeto, buscan alternativas y, probablemente, los muebles de la casa sean los elegidos para esa acción.
Bajo esta lógica, los dueños de los gatos empiezan a padecer estos patrones de comportamiento que obedecen a su instinto. Para no lamentar que se arruinen armarios, sillas o demás muebles de madera en una casa, los especialistas crearon una metodología que puede ser eficaz —dependiendo de cómo lo asimile cada mascota— para evitar los rasguños en la madera que deterioran los muebles.
En primer lugar, se deberá ir a una veterinaria o centro especializado donde se consiguen los rascadores, que están conformados por tubos verticales y un hilo grueso que rodea toda su superficie. Una vez comprados, estos deberán ser colocados estratégicamente en cada rincón de la casa para que el gato empiece a olfatearlos.
Una vez que asimile a este objeto y empiece a interactuar con él, se recomienda acercarlo a la zona donde está ubicado el sillón o mueble de la casa para que sepa que ese instrumento es el ideal para afilar sus garras y no el mueble.
Por otra parte, en caso de que el rascador no entre en el circuito de movimiento del gato, habrá que apelar a la famosa hierba gatera —una debilidad de los felinos— que al ubicarse cerca de este instrumento le generará una confianza extra al animal y así podrá comenzar de a poco a rascarse y retirar de su mente el hecho de dañar los muebles de la casa.
La importancia de invertir en una buena cama para gatos
La salud del gato es un tema importantísimo a tener en cuenta. Por eso, además de los rascadores, los especialistas enfatizan en que nuestras mascotas tengan una buena cama para que puedan descansar.
El sitio web Veterizonia elaboró una serie de indicios para saber qué tipo de cama se necesita, y se listan a continuación:
- ¿Se enrosca en una bola o duerme estirado?
- ¿Descansa en cestos o le gusta el sillón? ¿Prefiere los espacios cerrados más que los abiertos?
- ¿Prefiere lugares fríos o cálidos?
- ¿Descansa más al ras del suelo o en lo alto?
- ¿Hay algunos materiales que lo atraigan más que otros?
A raíz de estas preguntas, lo que se busca es conocer los patrones de comportamiento de un gato y qué tipo de personalidad tiene para orientar aún más la búsqueda de un lugar acogedor para que pueda descansar y así renovar las energías.
Una vez que se compre la cama, se deberá encarar un proceso lento y paulatino para que el gato pueda acostumbrarse y no sufra estrés por este cambio de hábito.