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Cómo la microbiota intestinal influye sobre la inteligencia y la memoria, de acuerdo a un nuevo estudio

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han descubierto que la microbiota intestinal juega un papel crucial en el desarrollo de la inteligencia y la memoria en bebés.

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Flora_intestinal.jpg
Vista microscópica de flora intestinal.
Foto: Commons.

Redacción El País
La microbiota intestinal, también conocida como flora intestinal, es un conjunto de millones y millones de microorganismos, principalmente bacterias, que viven en nuestro intestino en una relación simbiótica con el cuerpo. Esta comunidad diversa de microbios juega un papel fundamental en diversas funciones vitales, como:

Digestión: Ayuda a digerir alimentos que nuestras enzimas digestivas no pueden procesar, como la fibra. También produce vitaminas y ácidos grasos esenciales para la salud.

Sistema inmunológico: Entrena y regulr el sistema inmunológico para protegernos de patógenos y enfermedades.

Desarrollo cerebral: La microbiota intestinal se comunica con el cerebro a través del nervio vago, lo que puede influir en el desarrollo cerebral, la cognición y el comportamiento.

Salud mental: Se ha relacionado la disbiosis (desequilibrio) de la microbiota intestinal con trastornos del estado de ánimo como la ansiedad y la depresión.

Metabolismo: La microbiota intestinal puede influir en el metabolismo y la absorción de nutrientes, lo que puede afectar al peso corporal y al riesgo de enfermedades metabólicas.

El reciente hallazgo abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas para mejorar el neurodesarrollo infantil. El estudio, liderado por el profesor Antonio Suárez, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la UGR, analizó la microbiota de bebés de seis meses y la relacionó con su respuesta cognitiva al test de Bailey, que evalúa el desarrollo motor, cognitivo, socioemocional y del lenguaje.

Los resultados revelaron que:

—La composición de la microbiota era diferente en bebés con mejor y peor cognición.

—La función de la microbiota también variaba, asociando la enzima histidasa presente en la microbiota con la cognición de los bebés.

—Los perfiles de los metabolitos de la histidina (aminoácido) diferían según el comportamiento cognitivo de los bebés.

Para confirmar esta relación, los investigadores trasplantaron la microbiota de los bebés a ratones "germ-free", que nacen sin microbios y viven en un ambiente estéril. Los ratones que recibieron la microbiota de bebés con mejor cognición mostraron una mayor capacidad de memoria en pruebas de reconocimiento de objetos.

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