Cómo sentirnos mejor con pequeños cambios en nuestro estilo de vida: esto nos enseña la microbiota intestinal

El ingeniero en Biotecnología Felipe Machado habló acerca de los secretos que revela el estudio de la microbiota y cómo aprovecharlos para una vida sana.

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Estómago, intestino
Mujer con sus manos alrededor del abdomen.
Foto: Freepik.

Cada persona tiene, aproximadamente, 160 especies bacterianas en su intestino. Si uno juntara estos microorganismos y los pusiera en una balanza, pesarían, en total, casi un gramo. Si uno los contara, se daría cuenta de que tiene la misma cantidad de células humanas que de células bacterianas. Y esto es solo en el intestino: luego está la microbiota vaginal, bucal, nasal, etcétera.

Todo esto tiene un impacto enorme en nuestra salud. “No se trata solamente de que nuestras células estén haciendo lo que tienen que hacer, sino de que las células de los microorganismos que viven en nosotros, también”, expresó Felipe Machado, ingeniero en Biotecnología y cofundador de Enteria, empresa que ofrece el análisis de microbiota intestinal como herramienta para profesionales de la salud.

— En concreto, ¿cómo impacta la microbiota en nuestra salud?
— Es bastante extenso el ‘concreto’ de la respuesta. Los humanos co-evolucionamos con los microorganismos desde hace millones de años; necesitamos de ellos tanto como ellos de nosotros. De hecho, la leche materna tiene moléculas que no nutren al niño, pero sí a los microorganismos que están en su intestino, y al mismo tiempo los microorganismos del intestino nos permiten digerir los alimentos de forma correcta y así alimentar a nuestras células.

Además, actúan como una capa de protección. Es como si tuviéramos una mesa llena de bolitas —estas bolitas son nuestra microbiota— y cuando viene un microorganismo patógeno y quiere pegarse en la mesa, no puede, porque hay un montón de bolitas que físicamente no se lo permiten. También compiten por los nutrientes que el patógeno consume y generan moléculas que eliminan a ese microorganismo.

A su vez, regulan nuestro sistema inmune. Los estudios muestran que la diversidad microbiana, es decir, la cantidad de microorganismos diferentes que tiene una microbiota saludable, propicia a una mejor inmunidad.

Felipe Machado
Felipe Machado, de Enteria.
Foto: Cortesía Felipe Machado.

— ¿Qué enfermedades están más vinculadas a la microbiota intestinal?
— Sobre todo, enfermedades metabólicas como diabetes u obesidad, porque tienen que ver con una inflamación constante en el intestino y nuestra microbiota es la que se encarga de controlar esa inflamación. También se asocia con enfermedades gastrointestinales como colitis ulcerosa, síndrome del intestino irritable o colon irritable, y con síntomas como hinchazón, dolor abdominal o constipación. A su vez, existe un vínculo entre la microbiota y enfermedades que tienen que ver con la generación de neurotransmisores. Se ha visto que personas con Alzheimer o trastorno del espectro autista pueden tener microbiotas desbalanceadas que promueven la sintomatología causada por este tipo de trastornos.

— Entonces, ¿la microbiota intestinal puede afectar nuestra salud mental?
— Exacto. Hay un eje llamado ‘eje intestino-cerebro’ y esto muestra que nuestro sistema nervioso central se conecta con nuestra microbiota intestinal y viceversa. Tienen una comunicación bidireccional, es decir, desde el cerebro hacia la microbiota y desde la microbiota hacia el cerebro. Se ve, por ejemplo, en la generación de hormonas que se utilizan en el cerebro, como la serotonina. El 90% de la serotonina se produce a partir de moléculas que nuestros microbios entregan a nuestras células. Cuando una persona tiene inflamación recurrente, las células del intestino dejan pasar moléculas que de otro modo no dejarían pasar; como si se despegaran un poquito y quedaran espacios libres. Entonces, si uno produce mucha serotonina y ésta pasa por donde no debería, eso puede generar trastornos o desregulaciones. Hay estudios que muestran que la microbiota puede jugar un rol primordial en enfermedades mentales, pero todavía no está descrito el mecanismo de acción, es decir, aún no está demostrado de forma clínica cómo es que los microorganismos interactúan para generar esa respuesta.

— ¿La microbiota puede estar vinculada a la depresión y la ansiedad?
— Sí, sobre todo por algo que se llama ‘metabolitos del triptófano’. El triptófano es un aminoácido esencial que no producimos, sino que ingerimos a través de la dieta, y hay microorganismos que generan moléculas a partir del triptófano que están asociadas a la depresión y la ansiedad. Se ha visto que personas que tienen grupos de microorganismos capaces de hacer esto pueden mostrar síntomas de depresión o ansiedad. También se ha visto que los probióticos o microorganismos capaces de bajar la inflamación intestinal y aumentar la producción de ácidos grasos de cadena corta están asociados a disminuciones de los síntomas de depresión y ansiedad.

DOCUMENTAL

El intestino protagoniza una película

El pasado 26 de abril, Netflix lanzó el documental ‘Descifra tu salud: Los secretos del intestino’, un largometraje informativo que, de forma sencilla, explora el sistema digestivo y expone el papel que desempeña la salud intestinal en nuestro bienestar general. Fue dirigido por la cineasta canadiense-india Anjali Nayar, ex científica climática y actual profesora asociada en la Universidad de Cornell. Hoy, da conferencias sobre cine, tecnología, justicia ambiental, salud global y periodismo, con énfasis en representación y narrativas democratizadoras.

El documental ‘Descifra tu salud: Los secretos del intestino’ es su trabajo más reciente y ocupó el top 10 de Netflix en 42 países. Allí, la doctora en Medicina Giulia Enders, escritora del best-seller La digestión es la cuestión: descubre los secretos del intestino, el órgano más infravalorado del cuerpo humano, explica junto a otros expertos qué es la microbiota intestinal y cómo podemos diversificarla.

— ¿Cómo se aplica todo esto a nivel clínico?
— Hoy, la microbiota no puede utilizarse para un diagnóstico en sí mismo, es decir, un análisis de microbiota no puede decir si uno tiene, por ejemplo, celiaquía o intolerancia a la lactosa, pero sí sirve para conocer tendencias a padecer ciertas enfermedades y para la parte prognóstica de cómo modular esa composición microbiana con el fin de mejorar el tratamiento y que sea personalizado.

— Así que la microbiota puede mejorarse.
— Sí. Puede mejorarse, pero también tiene resiliencia, entonces cuando está desbalanceada hay que tomar acciones para modularla. La microbiota puede cambiar en cuestión de semanas; por ejemplo, si uno toma un antibiótico, en cinco días puede perder gran cantidad de la diversidad microbiana que tenía. Pero restaurarla tarda por lo menos entre uno y dos meses. Depende del estado de la microbiota y de los hábitos que uno tenga.

Solemos tener estilos de vida restrictivos, en el sentido de que comemos y hacemos siempre lo mismo. Eso puede promover que microorganismos potencialmente patógenos empiecen a crecer y colonizar la microbiota. El primer paso para evitarlo, como entendemos en Enteria, es conocer nuestra microbiota. Luego, debemos diversificar, tanto en el sentido alimenticio como ambiental, por ejemplo, saliendo al aire libre. Si uno está todo el día metido en la casa y la oficina y come siempre lo mismo, está potenciando los mismos microorganismos.

Si uno sigue el tratamiento de forma constante, la microbiota tenderá a recuperarse. Se trata de generar nuevos hábitos para la vida.

AVANCES

Análisis de la microbiota y mujeres en la ciencia

El ingeniero en Biotecnología Felipe Machado es cofundador de Enteria, donde trabajan desde 2019 con un equipo integrado por expertos en Biotecnología, Ciencia de datos y Química. El análisis de la microbiota incluye la evaluación de indicadores de salud microbiana, presencia de patógenos, y niveles de microorganismos relacionados a desórdenes de la salud y a la producción de metabolitos importantes. A su vez, realizan ensayos a medida para el análisis de la microbiota intestinal de poblaciones particulares, ya sea con fines de investigación o para la evaluación de productos. Han recibido el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).

En 2021, la ingeniera en Biotecnología María Pía Campot, cofundadora de Enteria, dijo a El País que está “muy comprometida” con impulsar a que haya más presencia femenina en carreras científicas. “Es un tema que me preocupa porque entiendo que estamos perdiendo a mujeres que podrían ser muy buenas en estas carreras, por cuestiones sociales”, expresó entonces. Hoy, Enteria está en su sexto año de funcionamiento, y convive con el lanzamiento del documental estadounidense ‘Descifra tu salud: Los secretos del intestino’, que no solo pone el tema de la microbiota sobre la mesa, sino que, además, es dirigido y conducido por mujeres científicas.

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