Redacción El País
Conocida como yaca, jaca o jackfruit, esta fruta tropical se lleva el título de ser la más grande del mundo. Su peso oscila entre los 3 y los 30 kilos, aunque algunos ejemplares pueden superar los 40.

Originaria de Indonesia y perteneciente a la familia de las moráceas, su popularidad ha trascendido los límites de las regiones tropicales y ha llegado a las cocinas de Europa, donde se emplea como un sustituto vegetal de la carne por su textura fibrosa y su versatilidad culinaria.

Cultivada en Asia, África y Sudamérica, la yaca ha sido un alimento básico en países como Sri Lanka, donde se utiliza tradicionalmente en currys y otros platos. Su uso ha crecido entre personas veganas y vegetarianas que valoran su capacidad para imitar la textura del pollo en recetas saladas.

Por fuera, la yaca es rugosa, con brotes verdes característicos, mientras que en su interior esconde gajos amarillos o naranjas de sabor dulce con un toque ácido. Además de su atractivo culinario, su capacidad para crecer en todas las estaciones la convierte en un recurso alimenticio valioso para comunidades que enfrentan inseguridad alimentaria.

La yaca destaca por su perfil nutricional único. Contiene altos niveles de agua, bajo contenido en grasas y una cantidad moderada de almidón y azúcar según su madurez. Sus beneficios incluyen:

• Bajo índice glucémico: Ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, lo que la hace ideal para personas con diabetes o que buscan evitar antojos.

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• Fuente de vitaminas: Rica en vitamina C y vitaminas del grupo B (B6, B3, B2 y B9).
• Contenido proteico: Aunque moderado, 100 gramos de yaca inmadura aportan unos 2 gramos de proteína, lo cual la convierte en una opción interesante comparada con otras frutas.
• Calorías reducidas: Ideal para quienes buscan mantener una dieta ligera.

Además de su valor nutricional, la yaca es una solución sostenible para quienes buscan alternativas a los productos animales. Gracias a su capacidad de adaptarse a diferentes climas tropicales y su facilidad de cultivo, es un recurso que contribuye tanto a la seguridad alimentaria como a la diversidad en la dieta.

Incluir la yaca en la alimentación no solo abre la puerta a nuevas experiencias culinarias, sino que también ofrece un abanico de beneficios para la salud. Una fruta gigante en tamaño y en aportes.