La Nación/GDA
La esperanza de vida de los gatos es de solo 12 a 18 años, considerablemente menos que la de una persona; por lo tanto, es probable que en algún momento tengas que despedirte de tu querido compañero peludo.
Sin embargo, saber esto no lo hace más simple. La profunda conexión que hemos forjado con nuestros felinos hace que su pérdida pueda provocar un dolor intenso, lo que puede afectar significativamente nuestra salud mental y sumirnos en una etapa de gran dificultad.
Es vital reconocer que la muerte es parte natural de la vida y que los preciosos momentos compartidos con nuestras mascotas son irrecuperables e imborrables. Lo esencial es prepararse para despedirse con la conciencia de que el amor y los recuerdos de nuestro fiel compañero nos acompañarán eternamente.
Qué pasos seguir tras la muerte de tu mascota:
- Dale tu último adiós: Organizar un ritual de despedida puede ser una forma significativa de cerrar el ciclo. Podés realizar un pequeño funeral, sembrar un árbol con sus cenizas o realizar un viaje para reflexionar sobre los momentos compartidos.
- Rodeate de personas que te entiendan: Compartir tus sentimientos con amigos comprensivos puede ayudar enormemente. Hablar sobre tus emociones y compartir recuerdos puede facilitar el proceso de duelo.
- Cuidá tu salud mental: Es normal experimentar una montaña rusa emocional. Si sentís que el dolor interfiere con tu vida diaria, buscar el apoyo de un profesional podría ser un paso prudente.
- Anotá todo lo que te pasa: Escribir sobre tus sentimientos y recuerdos puede ser un consuelo. Podés incluir fotos y hacer dibujos en tu diario como una forma de homenaje creativo a tu mascota.
- No te culpes: Es fácil caer en la culpa, especialmente si tomaste la decisión de la eutanasia. Recordá que actuaste con amor e hiciste lo mejor para aliviar su sufrimiento.
Cómo ayudar a mi mascota a atravesar la pérdida
Cuando una mascota pierde a un compañero, también puede experimentar duelo. Por eso, ayudarla a manejar este dolor es esencial en tu rol de cuidador. Pasá tiempo extra con ella, involucrate en sus actividades favoritas y ofrecé tratamientos especiales para animarla. La atención adicional no solo ayuda a tu mascota a sentirse amada y segura, sino que también puede distraerla y aliviar su tristeza.
Hablarle con suavidad y mantener el contacto visual son pequeñas formas de mostrar apoyo. Si tu gato disfruta de la compañía, considerá invitar amigos que puedan interactuar con él, con variedad y estímulo. Además, asegurate de proporcionar entretenimiento durante tus ausencias, como esconder golosinas por la casa o usar juguetes para mantenerlo ocupada.
Reforzar el buen comportamiento y no premiar las conductas inapropiadas es crucial. Por ejemplo, si tu gato maúlla sin razón, es mejor ignorar el comportamiento en lugar de recompensarlo con golosinas, lo cual podría reforzar la conducta no deseada. En su lugar, intenta distraerlo con juegos o estar más tiempo con él para cambiar el ciclo de comportamiento.
Finalmente, es fundamental darle tiempo y espacio a tu mascota para adaptarse a la ausencia de su compañero. Observá su comportamiento o apetito, ya que estos pueden ser indicativos de cómo maneja el duelo. Si notás signos de depresión o cambios abruptos, no dudes en consultar a un veterinario.