Redacción El País
La vitamina D es un nutriente esencial para la salud de las personas mayores, que beneficia al bienestar en diversos ámbitos. A medida que se envejece, la capacidad para producir esta vitamina disminuye, lo que puede conducir a deficiencias de esta. Sin embargo, hay diversas fuentes a través de las que se puede acceder a ella.

A continuación, se listan los beneficios que trae tener niveles adecuados de la vitamina D:

La vitamina D es crucial para la absorción y utilización del calcio y el fósforo, dos minerales esenciales para la salud ósea, indicó la Clínica Universidad de Navarra. Una deficiencia de vitamina D puede llevar a una disminución en la densidad ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis y fracturas. Mantenerla en niveles óptimos puede ayudar a prevenir la pérdida ósea y promover la salud esquelética en la tercera edad.

La vitamina D desempeña un papel clave en el mantenimiento de la fuerza y la función muscular. Una deficiencia de vitamina D puede llevar a debilidad muscular, dolor y dificultad para realizar actividades diarias. Mantener niveles adecuados de vitamina D puede ayudar a mejorar la fuerza muscular y reducir el riesgo de caídas y lesiones relacionadas, informaron los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).

A medida que se envejece, el sistema inmunológico puede volverse menos eficiente, lo que hace a las personas más susceptibles a enfermedades e infecciones. La vitamina D juega un papel crucial en este sentido, según los institutos, puesto que ayuda a regular la respuesta inflamatoria y fortaleciendo las defensas del cuerpo.

La vitamina D también se ha relacionado con la salud cardiovascular, como factor que incide en la reducción de los niveles de colesterol en la sangre y la hipertensión arterial, según recogen los NIH de diversos estudios. Sin embargo, varios estudios no llegaron a registrar un beneficio.

La principal fuente de vitamina D es la exposición solar. Cuando la piel entra en contacto con la luz solar, comienza a sintetizar vitamina D. Sin embargo, a medida que envejecemos, nuestra piel puede volverse menos eficiente en la producción de vitamina D, lo que hace que sea aún más importante obtener esta vitamina a través de otras fuentes.

Algunas fuentes dietéticas de vitamina D incluyen pescados grasos como el salmón, el atún y las sardinas, y alimentos fortificados como la leche, los cereales y los jugos, según explicaron los NIH. También se puede considerar la suplementación de vitamina D bajo la supervisión de un profesional de la salud.

Es importante tener en cuenta que una ingesta excesiva de vitamina D también puede ser perjudicial. Por lo tanto, es recomendable consultar con un médico o nutricionista antes de comenzar cualquier suplementación.

Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.