El Tiempo / GDA
Con el paso de los años, los hombres comienzan a experimentar diferentes cambios en su cuerpo y su vida sexual. Estos se relacionan con el tejido testicular, la producción de espermatozoides, la disminución de la testosterona y la función eréctil, de acuerdo con ‘MedlinePlus’.

Así, pueden experimentar una reducción del deseo sexual, pero esto no se debe únicamente a la vejez, ya que también pueden influir los cambios sociales, psicológicos, los problemas de salud crónicos o medicamentos que hacen que sus respuestas en la intimidad sean más lentas y menos intensas.

Algunos sexólogos explican que la sexualidad masculina tiene dos momentos claves que son descritos como “la edad más caliente” y “la madurez sexual”, en las cuales se determinan los mejores momentos de la actividad sexual en los hombres, según ‘Vidae’.

Los expertos en sexología sostienen que la edad en la que los hombres suelen ser más activos se encuentra entre los 20 y los 30 años, puesto que diversos estudios explican que durante esa etapa los niveles de testosterona son mayores que en otras edades, de acuerdo con ‘Vidae’.

Esta hormona es la encargada del crecimiento del vello corporal, el desarrollo muscular y la profundización de la voz en la adolescencia de los varones, mientras que en la edad adulta tiene la tarea de controlar el deseo sexual, mantener la masa muscular y la producción de la esperma, según ‘Medlineplus’.

La testosterona suele mantenerse en niveles elevados desde los 20 hasta principios de los 30 años, esto porque la capacidad física de los hombres les permite mantener relaciones sexuales frecuentes, pero esta también tiende a disminuir con el paso del tiempo, según ‘Vidae’.

A mediados de los 30 y 40 años comienza a disminuir esta hormona, lo que puede ser notorio en su vida sexual, pero esto no significa que pueda tener una menor calidad en sus momentos íntimos, ya que dicha disminución no afecta el nivel de satisfacción que puede obtener.

Desde esa franja de edad se puede experimentar la denominada “madurez sexual”, en la que los hombres no se dejan influenciar en mayor medida por sus impulsos sexuales, y la madurez emocional puede mejorar la calidad de los encuentros sexuales, pues se afianza la conexión emocional y la confianza en sí mismo.