La Nación/GDA
El hígado metaboliza el 90% del alcohol y lo transforma en acetaldehído, una sustancia que es nociva para la salud. Dejar o reducir el consumo de estas bebidasdepresoras del sistema nervioso puede favorecer la recuperación de este órgano, que hasta podría regenerarse.
“Los efectos nocivos del alcohol sobre el hígado vienen definidos por múltiples factores”, dijo en un artículo de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) el portavoz de esa organización, el gastroenterólogo Jose Miguel Rosales Zábal, quien destaca que los daños no son iguales en todas las personas.
Como regenerar el hígado: eliminar o reducir el alcohol
Eliminar o reducir de manera drástica su consumo durante un par de semanas puede provocar efectos muy positivos en la salud, ya que permite que el hígado sane y se pueda regenerar. Esta práctica puede ser útil tanto para las personas que cuenten con algún síndrome evolutivo como el hígado graso o simplemente una inflamación hepática.
“Después de la abstinencia de alcohol durante 2 a 3 semanas, la esteatosis hepática se resuelve completamente y las biopsias de hígado parecen normales cuando se examinan con microscopía electrónica”, se señala en la investigación “Recuperación natural del hígado y otros órganos tras el consumo crónico de alcohol” publicado en Alcohol Research.
De todas formas, la regeneración puede ser limitada, según el caso. “Si deja de beber y solo tiene hígado graso, puede volver rápidamente a la normalidad. Si al principio tenía un hígado con cicatrices (cirrosis), dejar de beber alcohol le permitirá curarse un poco y mejorar su funcionamiento, pero no podrá reparar todo el daño que ya se ha producido”, se advierte en Science Alert.
Por otro lado, restringir el consumo de alcohol no solo trae beneficios para la salud hepática, sino que también contribuye a la mejora de la función cognitiva, la calidad del sueño y a la reducción drástica de las probabilidades de sufrir otro tipo de enfermedades.
Qué patologías hepáticas puede provocar el consumo de alcohol
“El alcohol produce en el hígado lo que llamamos hepatopatía alcohólica, que es un espectro de lesiones que se agrupan en tres síndromes fundamentalmente y que además son evolutivos en gravedad y dificultad de tratamiento”, sostuvo. Entre estas afecciones se encuentran el hígado graso, la hepatitis alcohólica y la cirrosis hepática alcohólica.
Además, este hábito también puede provocar fibrosis, el reemplazo del tejido sano del hígado por un tejido cicatricial, lo que le impide al órgano poder desarrollar sus funciones de manera correcta. Además, la FEAD agregó: “Entre un 20-50% de los cánceres de hígado que se someten a trasplante hepático son debidos al alcohol”.
Si bien no se conoce el rango etario que alcanzan estas afecciones, la FEAD asegura que existen algunos grupos con mayor predisposición a desarrollar con mayor frecuencia algún síndrome hepático:
- Personas entre 40 y 50 años.
- Mujeres.
- Es más común en americanos, africanos e hispanos.
- Consumidores de tabaco.
- Personas obesas.
- Personas con predisposición genética.
Según un estudio realizado por la revista The Lancet, el alcohol es el séptimo factor de riesgo de mortalidad y de reducción de calidad de vida a nivel mundial. “El alcohol es el responsable de un aumento del riesgo de mortalidad por cualquier causa y, específicamente, de los cánceres que incrementan el riesgo con los niveles creciente de consumo”, aseguró Rosales Zábal.
“Por esta razón, el consumo de alcohol en jóvenes es igual de perjudicial o más que en adultos. Se ha demostrado que el consumo de fin de semana implica ingestas de mayor cantidad de alcohol en menos tiempo, con un mayor riesgo de desarrollar daño hepático y en otros órganos”, afirmó Rosales Zábal.
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