¡Cuidado si tu almohada tiene más de dos años! Biomédico advierte sobre presencia de ácaros, hongos y bacterias

La falta de higiene en almohadas representa un riesgo para la salud; pasados los dos años de uso, un tercio se compone por ácaros vivos, muertos y sus excrementos. Además explica por qué no ponerlas al sol.

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¿Eres de las personas que no duermen sin su almohada? ¿Que la llevan a cada viaje? ¿O que no pueden dormir bien en la casa de otra persona porque no tienen a su fiel amiga debajo de la cabeza? Expertos afirman que esto puede ser peligroso para la salud.

Las investigaciones muestran que la formación de hongos y ácaros es común en las almohadas más antiguas, ya que en su interior, el ambiente cálido y húmedo permite que los ácaros se reproduzcan e infecten su superficie. Sin embargo, el problema real radica en las heces de los ácaros.

Según el experto, es importante cambiar la almohada al menos cada dos años para evitar la proliferación de ácaros y problemas de salud más graves.

"Un tercio de la almohada está compuesto por ácaros vivos, muertos y excrementos de ácaros. Estas heces explotan y liberan innumerables partículas de excremento en la almohada. Estas bacterias, cuando entran en contacto con la nariz de las personas, pueden desencadenar una serie de problemas respiratorios, como rinitis, asma e incluso dermatitis de contacto", advirtió el biomédico Roberto Figueiredo, también conocido como Dr. Bacteria.

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La ciencia del sueño ha avanzado mucho.
Foto: Pexels.

Errores a evitar en el cuidado de las almohadas

Con miras a mantenerlas desinfectadas, un error común es exponerlas al sol. Muchas personas creen que hacerlo mata las bacterias, pero en realidad logran lo contrario.

"El sol y el calor son propicios para la proliferación de ácaros y bacterias. Por lo tanto, siempre deben guardarse en lugares secos y sombreados", explicó el Dr. Bacteria y agregó que el calor interno es una fiesta para la reproducción de los ácaros.

El biólogo también advirtió que las almohadas no deben lavarse, porque nunca se secan del todo. Para comprobarlo, recomendó pesarlas antes de llevar al lavarropas y luego de que se la cree seca.

Lo mejor para cuidar nuestras almohadas es utilizar protectores cerrados, impermeables y de tela de algodón por fuera, se retiran, se lavan y se secan en lugares a la sombra y con mucha ventilación.

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