Con información de El Día y El Universal/GDA
La cúrcuma, conocida también como "azafrán asiático", ha sido utilizada durante siglos en la medicina tradicional, especialmente en la India, no solo como un ingrediente culinario, sino también como un remedio natural por sus múltiples propiedades beneficiosas para la salud.
Este vibrante polvo de color anaranjado, extraído del rizoma de la planta herbácea perenne, se ha convertido en un elemento clave en la cocina, pero su fama no se limita solo a su uso en el curry o el arroz. La cúrcuma ha captado la atención de la comunidad científica debido a sus posibles beneficios, especialmente en el alivio del dolor articular y la inflamación.
La cúrcuma es rica en curcumina, un compuesto activo que le otorga su distintivo color amarillo y al que se atribuyen propiedades antioxidantes, antivirales y antisépticas. La curcumina es el componente clave que ha sido estudiado por su potencial para inhibir enzimas dañinas responsables de trastornos inflamatorios, lo que la convierte en una opción atractiva para quienes sufren de enfermedades como la osteoartritis.
Un estudio publicado por la editorial científica BMC analizó el impacto de la curcumina en personas con osteoartritis de rodilla, comparando sus efectos con los de un antiinflamatorio común, el diclofenaco. Los resultados fueron alentadores: los participantes que consumieron curcumina experimentaron una reducción significativa del dolor, comparable a la de aquellos que tomaron diclofenaco, pero con menos efectos secundarios, lo que sugiere que la curcumina podría ser una alternativa más segura para el tratamiento del dolor articular.
Sin embargo, a pesar de estos resultados prometedores, es importante destacar que la curcumina no es una solución milagrosa. Los efectos observados se limitaron a la osteoartritis de rodilla, y se requieren más estudios para confirmar su efectividad en otras formas de artritis o en otras articulaciones. Además, como la curcumina es un suplemento dietético y no un medicamento recetado, su pureza y potencia pueden variar, lo que subraya la importancia de consultar a un médico antes de incorporarla a la dieta diaria.
Cúrcuma con jugo de limón: ¿un dúo saludable?
Una de las formas populares de consumir cúrcuma es combinándola con jugo de limón. Esta mezcla se ha promocionado como una opción saludable para comenzar el día, especialmente por sus posibles beneficios digestivos. Tomar cúrcuma con jugo de limón por las mañanas puede ayudar a desinflamar el estómago y reducir la presencia de gases, además de aliviar algunos síntomas del síndrome del intestino irritable, como las náuseas. Aunque algunos creen que esta combinación puede ayudar a bajar de peso, no hay suficiente evidencia científica que lo respalde.
La cúrcuma también ha sido valorada por su capacidad para aliviar el dolor articular y la inflamación, aunque como ya se mencionó, no es una solución definitiva. Además, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) advierte que no es recomendable ingerir más de 210 mg de curcumina al día, especialmente cuando se consume en infusiones, pastillas o suplementos, debido a la falta de especificación del nivel de curcumina en los productos comerciales.
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