Redacción El País
Incluir una manzana diaria en la alimentación puede ser mucho más que un simple hábito. Este sencillo gesto ofrece notables beneficios para la salud, especialmente en lo que respecta a la regulación del azúcar en sangre y la reducción del colesterol. Según especialistas, gran parte de sus propiedades provienen de la pectina, un tipo de fibra soluble presente en su pulpa, que contribuye de manera natural a mantener el bienestar cardiovascular y digestivo.

El conocido dicho en inglés “an apple a day keeps the doctor away” destaca las bondades de esta fruta, que se encuentra disponible durante todo el año. Pero más allá de la sabiduría popular, investigaciones respaldan su papel positivo en diferentes aspectos de la salud. La Universidad de Harvard, por ejemplo, enfatiza que es preferible consumir las manzanas frescas y enteras, ya que gran parte de su fibra y antioxidantes, como los flavonoides, se encuentran en la cáscara. Al deshidratar o procesar la fruta, se pierden elementos esenciales, como la vitamina C y los flavonoides.

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Nutrición

En cuanto a las diferencias entre las variedades de manzana, las verdes suelen ser más ácidas y contienen una mayor cantidad de vitaminas y minerales como la A, C, E, K y del grupo B, además de proteínas y hierro. Por otro lado, las manzanas rojas destacan por su riqueza en antioxidantes. Por ello, se recomienda alternar ambas para aprovechar al máximo sus beneficios.

1. Regulación de los niveles de glucosa: Gracias a su alto contenido en fibra y su bajo nivel de azúcar, las manzanas ayudan a estabilizar los niveles de glucosa en sangre, reduciendo el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
   
2. Reducción del colesterol: La pectina, una fibra presente en esta fruta, contribuye a la eliminación del colesterol a través del sistema digestivo, disminuyendo sus niveles en sangre entre un 5% y un 8%.
   

   

3. Mejora de la circulación y la presión arterial: Los flavonoides presentes en la cáscara de la manzana mejoran la circulación sanguínea y ayudan a reducir la presión arterial, previniendo enfermedades cardiovasculares.
   
4. Propiedades antiinflamatorias: La quercetina, un antioxidante presente en las manzanas, tiene efectos antiinflamatorios que protegen el sistema respiratorio y ayudan a aliviar la inflamación crónica.
   
5. Salud digestiva: La pectina actúa como un prebiótico, alimentando las bacterias saludables del intestino, lo que contribuye a mejorar la salud digestiva y fortalece el sistema inmunológico.
   
6. Control del peso: Gracias a su alto contenido de fibra y bajo nivel calórico, las manzanas prolongan la sensación de saciedad, ayudando a controlar el apetito y, por ende, el peso corporal.
   
7. Propiedades antioxidantes: Las variedades rojas de manzana son especialmente ricas en antioxidantes, que combaten los radicales libres y protegen el organismo de diversas enfermedades.
   
8. Salud cerebral: Los flavonoides como la quercetina protegen las células del sistema nervioso central, ayudando a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y mejorando la memoria.
   
9. Prevención de enfermedades respiratorias: El consumo regular de manzanas ayuda a reducir el riesgo de padecer asma y otras afecciones respiratorias, gracias a su acción protectora contra la inflamación.
   
10. Prevención del cáncer: Los antioxidantes y polifenoles que contienen las manzanas actúan contra los radicales libres, reduciendo el riesgo de desarrollar cáncer.
    
11. Salud dental: El ácido málico presente en las manzanas promueve la producción de saliva, lo que ayuda a prevenir la proliferación de bacterias y la formación de caries.