O Globo - GDA
En las estanterías de la farmacia, está todo mezclado: desodorante y antitranspirante (o antiperspirante). Entonces, terminás agarrando cualquiera porque lo que importa es no quedar con mal olor, ¿cierto? Más o menos. Entendé mejor la diferencia entre ellos:
¿Qué es el desodorante?
El desodorante tiene la función de neutralizar las bacterias causantes de olores o, al menos, enmascarar los olores que ellas crean. Como su propio nombre indica: el desodorante sirve para desodorizar, eliminar el olor.
Algunas regiones del cuerpo contienen glándulas apocrinas, uno de los tres tipos de glándulas sudoríparas que se activan durante la pubertad. Contrario a lo que se piensa, el sudor es inodoro, pero contiene grasas y proteínas. Y las bacterias se alimentan de este compuesto. Al metabolizarlo, bueno, viene ese olor agrio que resulta muy difícil tolerar.
Como las axilas son cálidas y húmedas, estas bacterias adoran alojarse allí y alimentarse de tu sudor. Por eso aplicamos el desodorante en esa área.
¿Qué es el antitranspirante?
A diferencia de los desodorantes, los antitranspirantes están diseñados para reducir o interrumpir temporalmente la transpiración. Contienen compuestos a base de aluminio que, cuando se aplican en la piel, forman un tapón temporal sobre los poros, impidiendo el sudor.
Por eso, hay riesgo de obstrucción de los poros y, cuanto mayor es la concentración de los sales de aluminio, mayor es la eficacia del producto, pero también mayor es la probabilidad de desarrollar irritación e inflamación de la glándula. Algunas personas pueden presentar también irritación a componentes derivados del aluminio.
Estos productos se encuentran fácilmente en las farmacias, pero antitranspirantes más fuertes también pueden estar disponibles en el mostrador o mediante receta médica.
¿Cuál usar?
La eficacia de ambos depende del individuo y del producto. Hay personas que transpiran más, así como las bacterias varían de una persona a otra.
Como el desodorante no impide la transpiración, solo actúa en el bloqueo de olores, sin interferir en su causa. Entonces, si lo que más te molesta es esa mancha de sudor en la ropa (la llamada "pizza"), es mejor intentar con el antitranspirante.
En la práctica, no todos los desodorantes tienen acción antitranspirante, pero la mayoría de los antitranspirantes también tienen acción desodorante.
Para alguien con hiperhidrosis, una condición caracterizada por sudor excesivo, el tratamiento puede incluir antitranspirantes recetados, que normalmente contienen una concentración mayor de compuestos a base de aluminio. Los antitranspirantes también tienden a funcionar mejor si se aplican por la noche, ya que es cuando tendemos a sudar menos y el producto tiene mayor probabilidad de ser absorbido.
Existió un rumor de que los antitranspirantes podrían causar cáncer debido al aluminio absorbido, pero eso nunca fue científicamente comprobado.
Pero un problema que sí puede surgir con ambos son las alergias. Algunas personas tienen reacciones alérgicas causadas por ingredientes como propilenglicol (una sustancia química que da forma al desodorante), aceites esenciales (frecuentemente usados en fragancias), aditivos biológicos, parabenos, vitamina E y lanolina.
En caso de sentir algún malestar o irritación, se recomienda consultar a un dermatólogo para identificar qué sustancia está provocando esto y cómo manejarlo.
¿En todo el cuerpo?
En cuanto al reciente aumento de los desodorantes indicados para todo el cuerpo, estos combaten un problema que, para la mayoría de las personas, simplemente no existe.
"Sus brazos, rostro, piernas, estómago... no huelen", dijo Mona A. Gohara, dermatóloga acreditada y profesora clínica asociada de dermatología en la Escuela de Medicina de Yale. Y si comienzan a oler mal y eso molesta, se recomienda consultar a un dermatólogo.