"En Uruguay se diagnostican 500 tumores de cabeza y cuello al año y la mayoría son de laringe. Entre un 70% y 80% de los pacientes consultan en estadíos avanzados, cuando ya el pronóstico es el peor, y la mitad se muere en cinco años, dijo a El País Andrés Munyo, otorrinolaringólogo y docente grado 3. “En cambio, si se los capta a tiempo, el 90% se cura”, sentenció el médico en la previa del Día Mundial de la Voz -que se celebrará este martes- y procura alertar a la población sobre los cuidados para prevenir enfermedades potencialmente mortales, que pueden enmascararse tras síntomas muy comunes.

El especialista remarcó que la disfonía es la señal que genera mayor atención entre los médicos, aunque suele ser pasada por alto por la población. “Los tumores de laringe pueden empezar por disfonías”, apuntó Munyo y dijo que cuando una persona presenta esa condición por más de 15 días debe consultar.

“Suele suceder que la gente toma como normal la disfonía, pero no lo es. La ronquera tampoco, si se presenta es porque hay algo en las cuerdas vocales, que no tiene por qué ser un tumor, pero sí una patología funcional, por ejemplo”, señaló y recomendó consultar con un otorrino para constatar si hay patologías, pólipos, nódulos, tumores y diagnosticar en el momento.

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En Uruguay el cáncer de cabeza y cuello se ubica en el cuarto lugar en incidencia y mortalidad en hombres, y ubica al país en los primeros países en incidencia y mortalidad de América Latina, según datos de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer.

“Tenemos que lograr que estos pacientes consulten en estadíos tempranos. Este es un problema grave de salud pública y lo venimos comunicando a las autoridades hace años”, indicó Munyo y puso como ejemplo un caso común en Uruguay. “Un paciente en Bella Unión tiene disfonía hace tres semanas, consulta y le dan un pase a otorrino. Tiene hora dentro de un mes. Le encuentran una lesión y lo derivan a anestesista, cardiólogo y biopsia, y el tiempo pasa. Cuando fue la primera vez, tenía una lesión chiquitita, curable, pero ahora es una lesión avanzada. En tres meses, el pronóstico puede cambiar por completo”, remarcó.

Aunque se lo suele relacionar solamente al cáncer de cuello de útero, el virus del papiloma humano (HPV), es otro de los puntos que se deben atender para prevenir patologías de cabeza y cuello, ya que es causa de cáncer de amígdala y base de lengua.

“Desde el 2010 a esta parte, se empezó a estudiar y se vio que los serotipos 16 y 18 del HPV producen cáncer de amígdala y de base de lengua. Así como en el cuello de útero hay una zona de transición en el epitelio y el virus se queda ahí, lo mismo pasa en la amígdala, que tiene criptas donde se aloja”, explicó Munyo y detalló que este tema está en auge en el mundo.

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Históricamente, los pacientes de otorrinolaringólogos eran hombres mayores de 60 años, fumadores y alcohólicos, “pero desde el 2010 hubo un cambio en el perfil poblacional”.

“Hay un montón de estudios en Estados Unidos y en Europa que hablan de una epidemia de tumores de amígdala y base de lengua por el HPV. Y se da en pacientes más jóvenes, no fumadores, ni alcoholistas, pero sí con HPV”, explicó el médico.

Esto también dio impulso a que se realice la campaña de vacunación, que no solo protege contra el cáncer de cuello de útero -que es el el más conocido-, pero también el de cáncer de amígdala y base de lengua.

“Hay una similitud en el epitelio de la amígdala y el epitelio transicional del cuello del útero. El virus tiene apetencia por esos epitelios y se queda ahí”, indicó Munyo.

Más allá de la incidencia del cáncer, hay otros puntos que atender en el día a día. Maite Erro, docente de fonoaudiología, explicó que las afecciones principales relacionadas con la salud vocal son varias y dependen de la edad, los hábitos y el tipo de trabajo o vida que tenga la persona.

Por un lado, están los profesionales, entre los que se engloba, por ejemplo, a cantantes o actores, “que tienen un entrenamiento específico de la voz”.

Por otra parte, están quienes hacen un uso ocupacional de la voz, pero no tienen entrenamiento específico, como docentes, telefonistas, vendedores, etcétera. Ellos “tienen más riesgo de que se produzcan alteraciones por las características del uso de alta intensidad, en relación a la cantidad de horas”, explicó.

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Más allá de lo tumoral, entre las alteraciones pueden presentarse los nódulos, pólipos, desequilibrios musculares, funcionales, hemorragias, etcétera.

Erro remarcó que quienes hacen un uso profesional de su voz deberían consultar al menos una vez por año a otorrino y fonoaudiólogo especializados.

Pero también indicó consultar ante la aparición de cualquier síntoma como pueden ser fatiga, cambios en la calidad de la voz, cansancio vocal, reflujo, aparición de carraspeo frecuente o una disfonía de más de 15 días.

“El reflujo es motivo de consulta, porque entre otras cosas, también puede predisponer a la aparición de una disfonía”, dijo Erro y, como había marcado Munyo, eso puede marcar el inicio de un cáncer de laringe.