Dos nuevos medicamentos de alto costo se incorporaron al Fondo Nacional de Recursos (FNR): Upadactinib y Ocrelizumab. Esas complicadas denominaciones no le dirán mucho al grueso de la población, pero para quienes padecen ya sea Artritis psoriásica o algunas de las varias enfermedades aglutinadas bajo la aún más complicada denominación Espondiloartropatías seropositivas, esta es una muy buena noticia.
Porque se trata de afecciones que son potencialmente invalidantes, de acuerdo a lo que explica el reumatólogo Miguel Albanese, quien además es presidente de la Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología (Panlar por su sigla en inglés).
Según su visión, la llegada de estos medicamentos al FNR no solo es una buena noticia para los pacientes, sino también una demostración de sustanciales avances científicos y, por último, un desafío para los reumatólogos como cuerpo médico respecto de la divulgación y concientización entre colegas de otras especializaciones médicas.
Porque el experto añade que incluso dentro de los profesionales médicos sigue habiendo cierta confusión o desconocimiento sobre este tipo de dolencias que, como ya dijo, puede llegar a ser invalidante.
—Este grupo de enfermedades aglutinadas bajo el nombre Espondiloartropatías seropositivas, ¿a qué partes del cuerpo afectan?
—Cuando hablamos de espóndilo, estamos hablando del cuerpo vertebral. Este grupo de enfermedades son inflamatorias que, cuando evolucionan, pueden comprometer a la columna. Hay una palabra “mágica” que también me gustaría socializar: entesitis, que es una enfermedad de los tendones, y que hasta a los propios médicos entenderlo. Es una inflamación y calcificación de los tendones. Quienes la padecían terminaban -cuando la enfermedad evolucionaba- doblados, como si estuvieran en la postura de un esquiador. Eso es lo que queremos evitar.
De acuerdo a lo que explica el reumatólogo, evitar que el paciente termine así requiere de —además de medicación— ejercicios y un tratamiento lo más precoz posible. “Eso es lo que buscamos, además de otras dos cosas: acceso universal a la medicación y un diagnóstico lo más temprano posible".
Si se dan esas tres condiciones, el paciente puede llegar a una calidad de vida mucho mayor, puesto que se produce una remisión de la inflamación. La enfermedad no se cura, pero sí es posible inhibir o frenar la inflamación, lo cual “no es poca cosa”, dice Albanese. Además, acota que en términos temporales, los avances medicinales que se han registrado son un fenómeno reciente y revolucionario. “Cuando me recibí de reumatólogo hace 40 años, esto no se conocía, era una rareza”.
La complejidad también se da respecto del otro tipo de enfermedades que estos nuevos medicamentos vienen a aliviar, y que tienen que ver con la psoriasis. Aún está muy extendida la noción de que psoriasis es sinónimo de un problema de la piel, pero es más complejo que eso.
Gustavo Di Genio es presidente de la Asociación Psoriasis del Uruguay (Apsur), y también es paciente. “Estoy por cumplir 20 años con psoriasis. Hay muchos tipos, pero por lo general se arranca en codos, extremidades y cuero cabelludo con lesiones rojas y escamosas en la piel”, cuenta.
Di Genio amplía y dice que atrás de lo que se a nivel de la dermis, hay una enfermedad inflamatoria genérica. “Siempre se trató a esta enfermedad como una de la piel, pero últimamente ha cambiado cómo se conceptualiza, y ese es un cambio que fomentamos. Si bien se manifiesta en la piel, esta enfermedad inflamatoria deriva en un montón de comorbilidades”, comenta Di Genio y menciona los ejemplos de diabetes, inflamación intestinal y cáncer, entre varios otros.
De ahí que ahora se hable de “enfermedades psoriásicas”, que entre otras cosas pueden afecta a las articulaciones. “Si únicamente vamos a un dermatólogo y no se le presta atención a los demás factores, estamos en el horno”.
De acuerdo a Di Genio, cuando se empezó a descubrir que la psoriasis iba más allá de la piel, se comenzó también a constatar que muchos pacientes además de las afecciones dermatológicas también padecían problemas en sus articulaciones. Fue ahí que se empezó a hablar de artritis psoriásica.
“Ahora estamos en la etapa en el cual además tenemos que atender a lo que mencionaba anteriormente que son las comorbilidades”, dice Di Genio. Y no se trata únicamente de la piel, las articulaciones u otras partes físicas del cuerpo. Las enfermedades psoriásicas también afectan a la salud mental. “Vos imaginate que ahora que estamos en verano, puede llegar a ser muy complejo para un paciente ir a la playa cuando puede tener lesiones en gran parte del cuerpo. Además de eso, también le puede costar caminar si tiene artritis psoriásica, que si no es tratada puede llegar a provocar una incapacidad absoluta. Sin tratamiento, sin control, la enfermedad nunca va a remisión”.
Para él, la noticia de la incoporación de los medicamentos ya mencionados es un muy buena noticia ya que “le cambia la vida al paciente”. “Ya había medicamentos de alto valor para distintias psoriasis en el FNR, y con estas incorporaciones -que vienen avalados por estudios serios y comprobados- la situación mejora aún más”, comenta con optimismo y concluye: “No hemos visto aún los resultados acá, pero sí sabemos de las experiencias en otros países como España que estos son excelentes”.