The New York Times
“Aunque no me encantan mis arrugas y flacidez, las acepto como símbolo de una vida bien vivida”, dice Evelyn Block, de 76 años. Y eso no es todo lo que ha aceptado. Se tiñe el cabello de un azul eléctrico. ¿Su pasatiempo de jubilada? Es jueza de partidos de patines roller en el sur de California.
“Soy una gran fan de Stevie Nicks, la cantante de la banda Fleetwood Mac, desde hace más de 50 años. Ella es seis semanas más joven que yo. Mientras ella pueda subirse al escenario, yo puedo patinar”.
El autocuidado es un concepto que suele asociarse con la juventud, quizá en parte porque los anunciantes ven ese grupo demográfico como su mercado principal. Pero el bienestar es tan importante, si no más, a los 75 años como a los 25.
En un cuestionario le preguntamos a los lectores cómo han cambiado sus rutinas de autocuidado a medida que envejecieron. Más de 3.100 personas respondieron.
La desconexión que Block sentía con respecto a lo que veía en el espejo fue reflejada por muchos, quienes dijeron que, aunque se sienten más jóvenes, su reflejo suele mostrar a alguien mucho mayor, o incluso a un rostro que les recuerda a sus mayores.
Muchos lectores hablaron de sentirse invisibles a medida que envejecían. Para algunos, era algo negativo: el mundo los estaba pasando por alto. Otros veían esa misma invisibilidad como algo positivo: pueden vestirse como quieran y sienten alivio al sentirse menos juzgados.
El cuerpo cambiante siempre está presente en nuestras mentes. Incluso las personas que dijeron que su objetivo principal era mantener la mente aguda mencionaron que sus cuerpos también habían cambiado de tamaño.
Las rutinas eran importantes, ya fuera dormir ocho horas, hacer ejercicio regularmente o simplemente tomar una ducha caliente cada mañana. También se prestaba mucha atención al cuidado de la piel y a los productos de belleza, algo que algunos lamentaban, independientemente de si usaban productos antienvejecimiento o no.
“Por primera vez en mi vida, también estoy siguiendo una rutina regular de cuidado de la piel”, escribió Michael S. Russo, de 60 años. “Como hombre, nunca pensé que esto fuera importante, pero realmente lo es. No quieres que tu cara se vea como una vieja bolsa de cuero si no es necesario”.
Algunos hablaron de cuidarse a sí mismos para poder cuidar a otros, o de no querer ser una carga para sus familias o seres queridos. “El autocuidado, para mí, significa asumir la responsabilidad de seguir en el planeta sin pedir a otras personas que se hagan cargo de mí”, dijo Malinda Hatch, de 82 años.
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