El día mundial para escuchar a quienes han sufrido pérdida de audición

Hoy es el Día Internacional de la audición, para concientizar sobre las particularidades de quienes tienen hipoacusia. Se realizarán tests auditivos para niños en el Pereira Rossell.

Compartir esta noticia
niña tapa sus oídos

Hoy es el día mundial de la audición, una jornada para llamar la atención sobre aquellas personas que o perdieron por completo el oído o tienen dificultades para seguir una conversación, ir a ver una obra de teatro o estar en una reunión.

Este año, la consigna de la jornada es “Cuidado del oído y la audición para todos”, hay varios mensajes clave. Uno es que los problemas de audición están entre los más comunes de los seres humanos, pero también tiene que considerarse que más el 60% de los casos pueden ser identificados y tratados desde temprano, lo cual aumenta las probabilidades de una atención eficaz.

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), se exhorta a integrar a los sistemas de salud de los países, pruebas para detectar eventuales problemas en los servicios de atención primaria. El documento elaborado por la OMS da cuenta que “la pérdida de la audición no tratada es la tercera causa de años vividos con discapacidad en el mundo. Más allá de la carga económica, se deben tener en cuenta el sufrimiento por la falta de comunicación, educación e interacción social que aparecen como consecuencia de esta afección”.

A eso se le suma que en torno a la sordera, o hipoacusia, hay cierta invisibilización. No es algo que se note a primera vista y falta preparación o conocimientos para comunicarnos de una forma respetuosa y eficiente con personas con hipoacusia. Más allá de que se han registrado importantes avances en el tratamiento de este tipo de problemas, los desafíos siguen siendo grandes. Un implante coclear que da una sensación de sonido, por ejemplo, puede costar decenas de miles de dólares.

Carla Sancassano es una de las más activas en difundir las particularidades de quienes tienen hipoacusia. Sancassano es traductora, y empezó a perder la capacidad auditiva cuando ya era una mujer mayor de edad. “Tenía 20 años cuando empecé a usar audífonos, y los usé durante diez años, pero en un momento empezaron a dejar de ser útiles para mí”, cuenta y agrega que la causa no fue que descuidara su oído, sino genética.

Alertas para el futuro cercano

Una de cada cinco personas en el mundo vive con pérdida auditiva, asegura el documento oficial y mundial elaborado para la jornada de hoy. Según los cálculos y estimaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el año 2050 esa proporción será una de cada cuatro personas.

En el informe mundial sobre la audición, se propone “un mundo en el que ninguna persona sufra una pérdida de la audición por causas evitables, y en el que las personas con pérdida de la audición puedan desarrollar todo su potencial mediante la rehabilitación, la educación y el empoderamiento”. Por eso, quienes abogan por una mejor calidad de vida para aquellos que han perdido su audición reclaman que aquellas pruebas médicas para detectar y en el mejor de los casos prevenir, formen parte del sistema de salud como elemento primario e insoslayable. Eso requerirá inversiones, y el documento tiene en cuenta esta realidad: “Se estima que cada año se pierde un billón por la incapacidad colectiva para abordar adecuadamente la pérdida de la audición. Si bien la carga económica es enorme, lo que resulta imposible de cuantificar es el sufrimiento debido a la falta de comunicación, educacion e interacción social que acompaña a la pérdida de audición no tratada. Este problema se está tornando más apremiante dado que se prevé que el número de personas con pérdida de audición aumente considerablemente en las próximas décadas”.

El informe también se subraya que más de mil millones de adolescentes en el mundo corren el riesgo de pérdida de la audición por la costumbre de escuchar música en auriculares a un volumen alto y durante períodos de tiempo prolongados.

Luego de diez años con audífonos, surgió la posibilidad de los implantes cocleares, dado que ella era “elegible” para la operación (no todas las personas con hipoacusia pueden hacer uso de estos dispositivos). Ella accedió a esa operación con cobertura del BPS, porque no podría haber pagado los elevados costos de los implantes. “No digo que son caros, porque no es que no lo valgan, pero es muy elevado el precio”, explica.

A ella, esos implantes le permitieron tener una mejor calidad de vida, pero no fue fácil. Tuvo que adaptarse a una nueva manera de encarar todo, pero hoy se define como una persona sorda que oye. “Para mí fue muy importante poder tener estos implantes, y mi vida mejoró sustancialmente. Cuando se da por sentada la audición, a menudo no se dimensiona la importancia que tiene. Antes de los implantes, por ejemplo, yo no podía entender a mis hijas, que eran chicas por entonces. Alguien tenía que “traducirme” lo que ellas decían. tampoco podía hablar por teléfono. Le tenía que pedir a mi marido. Y así con muchas cosas, tanto cotidianas como más decisivas”. detalla.

A través de su blog en Instagram, que se llama "impacto.oir", comparte sus experiencias y aprendizajes como alguien con hipoacusia, además de difundir todo lo que es importante saber. No se quiere llamar “activista”, pero sí dice que hace bastante para concientizar sobre la problemática a la que ella y otros con hipoacusia se enfrentan.

Cuando fue diagnosticada, empezó una nueva etapa en su vida. Por ejemplo tuvo que hacer un curso de lectura labial. Y aprender lenguaje de señas. Esto último fue un camino muy empinado. “No tenía con quién practicar”, dice y no necesita agregar mucho: idioma que no se practica, no se aprende. Además, el lenguaje de señas en Uruguay es único, como lo es en Argentina. Un sordo uruguayo no se puede comunicar así como así con un sordo porteño. “Si quisiera hablar en inglés, tengo que aprender otro lenguaje de señas”, ilustra.

Con todo, tiene una actitud optimista. Para ella, se ha avanzado mucho en Uruguay respecto de las situaciones de personas con capacidades diferentes o discapacidades.
Aún falta un camino a recorrer, afirma, por eso de la discapicidad no visible. “Tú venís caminando por la calle, y la otra persona no tiene cómo saber que yo soy sorda. Todavía hay tabúes también. Son muchos los que no quieren que se les vea los audífonos, por ejemplo, algo que no juzgo. Creo que en la medida que nosotros, los hipoacústicos, podamos dar a conocer nuestras particularidades, como que nos hablen de frente por ejemplo, la sociedad va a empezar a entender más y a responder. Cuando otros entienden las cosas por las que uno tiene que pasar, se va cerrando la brecha que existe”, agrega.

Estas experiencias fueron el puntapié incial para empezar su blog. “Tenemos que creer en nosotros. Esto que tenemos no nos define. Podemos hacer las cosas que nos propongamos y participar de la vida social. Necesitamos ciertas ayudas, como eso que decía que nos hablen de frente, pero podemos ser parte de la sociedad”, concluye. Y señala: “Necesitamos que haya más subtítulos en la televisión, porque muchos hipoacústicos no comprenden lenguaje de señas”.

Jornadas para salud auditivo

Varias instituciones públicas como ASSE y el Hospital Pereira Rossell se sumarán a la campaña de concientización propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo harán mediante la realización de evaluaciones auditivas (gratuitas) para niños y niñas durante todos los viernes de marzo.

La detección temprana de un problema auditivo es clave para reducir al mínimo los efectos adversos en el desarrollo lingüístico y cognitivo. A nivel de recién nacidos, se estima entre 1-3 por mil la incidencia de algún grado de hipoacusia.

Carla Sancassano remarcó que es fundamental detectar tempranamente un problema auditivo, y acompañar al infante para que pueda adaptarse y desarrollarse tanto a nivel personal como educativo, dado que los desafíos son mayores cuando se atraviesa la pérdida de audición en la infancia. Las evaluaciones comienzan hoy en la policlínica de otorrinolaringología del Pereira Rossell, entre las 9 y las 12 horas.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Salud.

Te puede interesar