Redacción El País
Un estudio reciente realizado por investigadores del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas sugiere que realizar 45 minutos de ejercicio intenso tres veces por semana podría reducir el riesgo de cáncer en individuos con síndrome de Lynch, una condición genética que incrementa la probabilidad de desarrollar cáncer a una edad temprana. Según los hallazgos de los científicos, este régimen específico de ejercicios intensificó la capacidad del sistema inmune para eliminar las células cancerígenas.
El doctor Eduardo Vilar-Sanchez, PhD, oncólogo, profesor de prevención clínica del cáncer y autor principal del estudio, indicó que la elección del programa de ejercicios —que consistía en ciclismo de alta intensidad— fue intencionada para ofrecer recomendaciones claras y concretas, en contraposición al consejo genérico de "hacer ejercicio", recogió el portal médico WebMD.
En el estudio participaron 21 personas con síndrome de Lynch que se dividieron en dos grupos: uno siguió un programa de ejercicio de 12 meses y el otro no. Los científicos evaluaron la aptitud cardiorrespiratoria de los sujetos y monitorearon células inmunitarias específicas en la sangre y los tejidos del colon, como las células asesinas naturales y las células T CD8+.
Los pacientes que participaron en el grupo de ejercicio demostraron un incremento en la actividad de estas células inmunitarias y una disminución en los niveles del marcador inflamatorio prostaglandina E2 (PGE2). Estos cambios sugieren una respuesta inmune más robusta, que podría estar relacionada con una mejora en la "vigilancia inmune" del cuerpo y su capacidad para detectar y destruir células potencialmente cancerosas.
La ciencia ha respaldado desde hace tiempo la hipótesis de que el ejercicio regular puede ayudar a prevenir el cáncer. Un extenso análisis sistemático de 2019 que incluyó más de 45 estudios y varios millones de personas encontró pruebas convincentes de que la actividad física puede disminuir el riesgo de varios tipos de cáncer, como el de vejiga, mama, colorrectal y gástrico, en hasta un 20%.
Sin embargo, el estudio del MD Anderson es pionero al establecer una conexión entre la actividad física y cambios en biomarcadores inmunitarios. El doctor Xavier Llor, PhD, director del Programa de Prevención de Cáncer GI en el Centro de Cáncer de Yale y profesor de medicina en la Escuela de Medicina de Yale, quien no participó en la investigación, subrayó la importancia de comprender las bases biológicas tras la correlación epidemiológica evidenciada previamente.
Aunque Vilar-Sanchez se mostró cauteloso generalizar los resultados del estudio más allá de las personas con síndrome de Lynch, hay un optimismo cauto de que los hallazgos podrían aplicarse a la población general. Llor comparte esa opinión, sugiriendo que el ejercicio podría ser protector contra otros tipos de cáncer a través de mecanismos similares.
La Sociedad Americana contra el Cáncer recomienda entre 150 y 300 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana para reducir el riesgo de cáncer, se recordó desde el portal citado. Los participantes del estudio evidenciaron una respuesta inmune significativa con 135 minutos de ejercicio de alta intensidad semanal.
Vilar-Sanchez enfatizó la importancia de la actividad física en la prevención del cáncer, sugiriendo que cualquier forma de ejercicio produce efectos beneficiosos en este aspecto.
Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.
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