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Bryan Johnson tomaba 13 miligramos del inmunosupresor rapamicina cada dos semanas, una sustancia generalmente recetada a pacientes de trasplantes de órganos para suprimir su sistema inmunológico.

La rapamicina no está aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos para usos relacionados con el envejecimiento, pero algunos médicos en distintas partes del mundo la prescriben off-label (fuera de indicación aprobada) basándose en resultados positivos observados en pruebas con ratones.

En el documental "Don't Die – The Man Who Wants to Live Forever" (No mueras: El hombre que quiere vivir para siempre), Johnson describió su uso de rapamicina como "el protocolo más agresivo de cualquier persona en la industria". Sin embargo, después de cinco años de seguir este tratamiento, en septiembre, él y su equipo de profesionales de la salud decidieron eliminarlo de su rutina.

"He probado varios protocolos de rapamicina para optimizar el rejuvenecimiento y limitar los efectos secundarios", compartió Johnson en su cuenta de X. "A pesar del inmenso potencial observado en ensayos preclínicos, mi equipo y yo llegamos a la conclusión de que los beneficios de una dosificación vitalicia de rapamicina no justifican los efectos secundarios graves".

Foto: Instagram @bryanjohnson_

Johnson enumeró algunos de los efectos secundarios que experimentó: infecciones en la piel y tejidos blandos, niveles anormales de grasa en la sangre, niveles elevados de azúcar en la sangre y un aumento en la frecuencia cardíaca en reposo.

Médicos entrevistados en el documental ya habían cuestionado la falta de datos sólidos sobre la eficacia de la rapamicina para el envejecimiento. Señalaron la necesidad de estudios científicos más rigurosos y advertían sobre los riesgos de efectos secundarios.

Al confirmar la decisión de abandonar el uso de rapamicina, Johnson citó un estudio reciente que mostró que la sustancia aumentaba el envejecimiento biológico en dos métricas y era ineficaz en otras.

A pesar de esta decisión, Johnson sigue adoptando otras metodologías cuya eficacia científica también es discutida, como la intercambio de plasma multigeneracional que realiza con su hijo adolescente y su padre anciano.