El Tiempo/GDA
Las uñas son uno de los principales focos del cuidado personal y, sin embargo, a veces no le prestamos demasiada atención a su salud. Tienen múltiples funciones: protección, rascado… Pero también cumplen un cometido estético muy importante cuya fama se ha extendido en los últimos años con las manicuras permanentes, los esmaltes de porcelana, las uñas “semipermanentes” y postizas.
"La uña puede ser la clave para detectar enfermedades importantes”, apunta la dermatóloga Lourdes Navarro, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), en una entrevista concedida a EFESalud.
Si bien el estado de nuestra uña puede indicarnos la existencia de una patología subyacente, también puede ser el reflejo de determinados problemas locales. Entre los últimos, lo más frecuente suele ser la infección por hongos u onicomicosis, sobre todo por el hongo cándido.
Lo ideal es acudir al especialista médico correspondiente en caso de tener alguna duda o percibir algún síntoma extraño en nuestras uñas.
Pese a que las infecciones por hongos y demás problemas locales pueden ser molestos y deben ser tratados, la experta incide en la gran importancia de la sensibilización a los acrilatos.
Los acrilatos son sustancias líquidas empleadas en las manicuras semipermanentes, permanentes y de porcelana, sobre todo. Sin embargo, la doctora Navarro previene sobre su uso inadecuado y asiduo, ya que puede causar alergias que sensibilicen al consumidor.
La sensibilización a los acrilatos se puede llegar a convertir en un problema grave a largo plazo, puesto que estos productos químicos se utilizan en ciertos dispositivos médicos utilizados para tratar enfermedades importantes. Si nuestra piel se acostumbra a ellos, el tratamiento requerido no surtirá el mismo efecto.
Evitar la sensibilización
La complicación de evitar las manicuras con acrilatos reside en que no se trata del producto empleado, sino de la técnica que lleva a cabo la persona que hace la manicura.
Los acrilatos, tal y como nos explica la dermatóloga, requieren un secado o polimerización que suele realizarse con luz led o ultravioleta. Si se seca adecuadamente, la posibilidad de sufrir alergias disminuye.
Cabe destacar que el riesgo no es únicamente para las uñas y la piel que las rodea. Si tocamos nuestra cara o cualquier zona del cuerpo con una manicura hecha con una técnica inadecuada, esta también puede sensibilizarse a los acrilatos.
La doctora avisa de este riesgo a las chicas jóvenes que compran sus propios kit de manicura, así como a los profesionales que se dedican a realizarlas y tienen un contacto repetitivo con estos productos.
Salud de las uñas en el día a día
Muchas de las rutinas que llevamos a cabo en el día a día deterioran la salud de nuestras uñas y las vuelven frágiles.
En primer lugar, la doctora indica que estar en constante contacto con el agua daña mucho las uñas, por lo que podemos percibirlas algo más débiles y quebradizas durante la época de verano. También los productos de limpieza que contienen químicos agresivos pueden causarnos roturas en las uñas e irritaciones en la piel de las manos.
Asimismo, las manicuras frecuentes deterioran el estado de las uñas, ya que liman la capa superior, la más dura de las tres que componen la estructura ungueal. Además de causar fracturas, pueden ocasionar un “efecto palanca” llamado onicolisis en las uñas, que abre la puerta a infecciones y bacterias.
Para preservar la salud de nuestras uñas, la dermatóloga de la AEDV nos aconseja hidratarnos las manos a menudo con cremas con urea o vaselina, usar guantes al utilizar productos químicos y evitar el contacto excesivo con el agua.