Embarazo y lactancia: ¿Cómo enfrentar los desafíos de esta etapa en la vida de una mujer?

Los cambios hormonales, las adaptaciones anatómicas y los desafíos emocionales son solo algunas de las realidades que las mujeres enfrentan durante este período.

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Foto: Pexels.

Redacción El País
Aunque muchos de los cambios durante el embarazo y la lactancia son naturales e inevitables, una orientación adecuada y el seguimiento de las recomendaciones médicas son fundamentales para garantizar el bienestar tanto de madre como de bebé. A continuación, se abordan algunos de los aspectos más relevantes que las mujeres experimentan durante esta etapa.

Cambios hormonales durante el embarazo

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta una serie de transformaciones hormonales esenciales para su correcto desarrollo.

Uno de los primeros cambios hormonales significativos es el aumento de la gonadotropina coriónica humana (hCG), conocida como la "hormona del embarazo". Esta hormona desempeña un papel crucial en la implantación del embrión y en la formación de la placenta.

La progesterona, otra hormona vital, también aumenta considerablemente en las primeras etapas del embarazo. Producida por el cuerpo lúteo, una estructura que permanece en el ovario después de la ovulación, esta hormona es clave para mantener el embarazo.

Además, entre las semanas 8 y 12 de gestación, la placenta comienza a asumir un papel más activo en la producción de hormonas, especialmente estrógenos y progesterona. Este incremento hormonal es responsable de diversos efectos fisiológicos, como alteraciones en el sistema cardiovascular, cambios en los sistemas muscular, óseo y urinario, e incluso modificaciones en el sistema endocrino, particularmente en las hormonas tiroideas. Esto último puede generar complicaciones en mujeres con antecedentes de problemas tiroideos.

Cambios en la piel: manchas y estrías

Otro de los cambios visibles que muchas mujeres experimentan durante el embarazo son las alteraciones en la piel, producto principalmente de los cambios hormonales, especialmente del aumento de estrógenos y progesterona.

Entre los cambios más comunes, está la aparición de manchas en la piel, conocidas como melasma o "paño", así como el oscurecimiento de áreas específicas como los pezones y la línea alba. Aunque estos cambios son naturales, pueden ser motivo de preocupación para algunas mujeres. Rivas enfatizó que el uso de protector solar es esencial para minimizar la aparición de estas manchas, ya que la hiperpigmentación es una consecuencia directa del aumento de estrógenos durante el embarazo.

Otro cambio frecuente es la aparición de estrías, marcas en la piel causadas por el estiramiento rápido debido al aumento de peso. Este fenómeno ocurre cuando las fibras de colágeno en la dermis se rompen. Sin embargo, el doctor aclaró que la aparición de estrías depende en gran medida de la elasticidad de la piel de cada mujer. Por ello, recomendó mantener la piel bien hidratada para aliviar la picazón y el malestar.

La influencia de la dieta en la lactancia

Durante el embarazo, existen varios mitos en torno a la alimentación. Uno de los más comunes es la creencia de que una dieta inadecuada afectará la calidad de la leche materna. Sin embargo,la calidad de la leche no se ve afectada durante los primeros meses del bebé, incluso si la madre no sigue una dieta perfectamente equilibrada.

No obstante, es fundamental que la madre mantenga una dieta equilibrada para garantizar una adecuada recuperación posparto y evitar deficiencias nutricionales, como la anemia o la falta de calcio, que pueden afectar su salud a largo plazo. Una dieta sana beneficia tanto a la madre como al bebé.

Consejos para manejar el dolor en los senos durante la lactancia

Amamantar.
Breast-feeding of little baby in a close up photo.
Foto: Commons.

Uno de los problemas más comunes que enfrentan las mujeres durante la lactancia es el dolor en los senos, el cual puede estar relacionado con factores como la congestión mamaria y las grietas en los pezones. Para prevenir o manejar estos malestares, se recomienda amamantar al bebé con regularidad, aproximadamente cada dos o tres horas, para evitar la congestión mamaria, que puede causar dolor y complicaciones como la mastitis.

Además, es importante de emplear una técnica adecuada de lactancia, asegurándose de que el bebé agarre correctamente el pezón y abarque toda la areola. Esto ayuda a prevenir el dolor y las fisuras en los pezones.

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