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"Empujoncito": lo que la ciencia dice sobre tomar un café por la mañana antes de ir a trabajar

De acuerdo a una investigación en Portugal, también la experiencia de beber una taza de café prepara el cerebro para comenzar el día.

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Taza de café.
Una inyección de energía.
Foto: Pixabay.

O Globo - GDA
No hay nada como empezar el día con una taza de café. Una de las principales razones para consumir esta bebida es la creencia de que te mantiene más alerta, lo cual lleva a la población a beberlo para mejorar su eficiencia. Sin embargo, investigadores portugueses han analizado grupos de personas que beben café para entender cómo funciona este "efecto de vigilia", si está relacionado con las propiedades de la cafeína o si está más vinculado a la experiencia de beber café. Según los hallazgos del estudio, el líquido cargado de cafeína, ayuda al cerebro a prepararse para el trabajo. "¡Hora de concentrarse!", exclama al cuerpo.

"Existe una expectativa común de que el café aumenta el estado de alerta y el funcionamiento psicomotor. Al comprender mejor los mecanismos subyacentes de un fenómeno biológico, se abren caminos para explorar los factores que pueden modularlo e incluso los posibles beneficios de este mecanismo", dijo el profesor Nuno Sousa, de la Universidad del Minho en Portugal, autor correspondiente del estudio publicado en "Frontiers in Behavioral Neuroscience" y editor jefe de la revista en ese campo.

Para el estudio, se reclutaron personas que bebían al menos una taza de café al día. Dejaron de consumir alimentos o bebidas con cafeína durante al menos tres horas antes del estudio. Luego, los participantes fueron entrevistados por los científicos para obtener sus datos sociodemográficos y se les realizaron dos resonancias magnéticas funcionales: una antes y otra 30 minutos después de consumir cafeína o beber una taza de café estandarizada.

Sin embargo, beber café también aumentó la conectividad en la red visual superior y la red de control ejecutivo derecho, partes del cerebro involucradas en la memoria de trabajo, el control cognitivo y el comportamiento dirigido a objetivos. Esto no ocurrió cuando los participantes solo consumieron cafeína. En otras palabras, si quieres sentirte no solo alerta, sino también listo para comenzar tu día, necesitas experimentar beber una taza de café.

"El consumo agudo de café disminuyó la conectividad funcional entre las regiones cerebrales de la red de modo predeterminado, una red que está asociada con procesos autorreferenciales cuando los participantes están en reposo. También se redujo la conectividad funcional entre las redes motoras/somatosensoriales y la corteza prefrontal, mientras que la conectividad en las regiones de la red visual superior y la red de control ejecutivo derecho aumentó después de beber café. En pocas palabras, los sujetos estaban más preparados para la acción y alerta a estímulos externos después de tomar café", explica Maria Picó-Pérez, autora principal de la investigación y posdoctorada en la Universidad Jaime I en Portugal.

Para Anna Clara Benevides, de 22 años, estudiante de Psicología en el Instituto Brasileño de Medicina de Rehabilitación (Ibmr), incluso mezclado con leche, la bebida es esencial para que su mañana sea completa.

"Ya se ha convertido en una tradición para mí. De todas formas, tiene que estar ahí, porque si no, no siento que sea un desayuno de verdad. Pero por la tarde, cuando el trabajo es agotador y estoy muy cansada, o cuando necesito un abrazo (porque el café parece abrazar), tomo un poquito más", cuenta.

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