La vuelta después las vacaciones y la licencia puede vivirse como un suplicio, pero no tiene que por qué ser así. O al menos no tan así. En vez de meterse otra vez en el auto para enfrascarse en un embotellamiento en la rambla, o subirse a un ómnibus atestado de gente, se puede desempolvar la bicicleta y emprender el camino hacia escuela, colegio, liceo o trabajo.

Pero como hay que compartir la ciudad con automovilistas, peatones y otros que se mueven por ella, conviene tener en cuenta algunas precauciones. Desde la Unidad de Seguridad Vial (Unasev) lo primero que se señala es que hay que cumplir con las normativas de la ciudad de Montevideo (y del resto de las ciudades del país, por supuesto) en cuanto a circulación en bicicleta. Por suerte, no es nada difícil enterarse de cuáles son estas normativas. Para empezar, forma parte de la currícula escolar enseñar esto, y eso arranca desde la educación inicial y se mantiene durante todo el ciclo de Primaria.

Pero si uno necesita refrescar la memoria, con un simple “googleo” alcanza. Si uno pone “Normativa circulación bicicletas Montevideo” en Google, el primer resultado lo lleva directo a la web de la intendencia capitalina, donde está todo detallado. El segundo resultado en Google, en tanto, lleva a un documento PDF del sitio oficial del estado uruguayo, en donde también se detallan requisitos: “La normativa nacional establece que la bicicleta es un vehículo y por lo tanto tiene los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro vehículo que circula por la calzada. Por esto, y para más seguridad en tus desplazamientos, evitá la ‘timidez’ en el momento de compartir la calle. Mostrar confianza y seguridad es muy importante para evitar siniestros. Es importante conocer y respetar las normas de tránsito: manejá siempre en el sentido del tránsito, salvo que circules por una ciclovía de doble mano. Respetá la señalización: semáforos, carteles de pare, ceda el paso y cruces peatonales como las cebras”. En otras palabras: andar en bicicleta no otorga patente de corso.

Consultamos a Carlos Bruno, principal de Liberá tu bicicleta, para ahondar en esto. El proyecto que Bruno integra, entre otras cosas, “rescata” bicicletas en desuso y -junto a la persona interesada de hacerse de un birrodado para transitar por la ciudad-, las “tunea” para que queden a punto, dado que el buen estado del vehículo es importante.

Si se trata de un adulto, Bruno recomienda preparar a conciencia todo lo que hace a la logística del recorrido: qué ruta tomar y cómo equiparse para aventurarse en la ciudad. No hay mucho misterio ahí. Pero cuando hay hijos involucrados, las planificaciones y cuidados son naturalmente mayores. No debe olvidarse, tampoco, que de acuerdo a la normativa de Montevideo, los menores de 14 no podrán circular en bicicleta por la vía pública “salvo por las avenidas secundarias a los paseos públicos o por pistas especiales destinadas al tránsito de ciclistas”. Antes de esa edad, se comunica desde Unasev, los niños son -a los efectos de lo normativo- peatones o pasajeros.

Ponzetto, Fernando

“Si uno va a acompañar a sus hijos a la escuela o colegio”, continúa Bruno, la operación logística debe ser planificada con mucha más precisión y cuidado. “Si un padre me pregunta cuál es la mejor manera de ir en bicicleta con sus hijos a la escuela o colegio, lo primero que le digo es que se lo tome con calma y que lo planifique bien: qué bicis van a usar, dónde llevarán la mochila, si les dará el tiempo a llegar y dejar a los hijos tranquilamente, sin estresarse. Porque llevar a los hijos a la escuela genera tensiones. Uno se tiene que levantar muy temprano, no olvidarse de nada. Hay que tomárselo como una actividad más o menos seria”, dice.

Pero cuando se trata de llevar a los peques en bici a la escuela o colegio, agrega Bruno, las planificaciones individuales son necesarias pero no suficientes. “Tiene que haber alguna iniciativa que supere lo individual, y no es por querer recargar únicamente a las instituciones educativas que ya bastante tienen. En Buenos Aires, por ejemplo, hay una coordinación entre las instituciones de la enseñanza y las autoridades de la ciudad, para generar caminos seguros en bicicleta para los alumnos”, expone Bruno como ejemplo de lo que podría instrumentarse en la ciudad de Montevideo.