La Nación/GDA
Por naturaleza los gatos duermen muchas horas y dentro de ese extenso periodo de descanso buscan el calor del humano para cobijarse y dormir más seguros. Es por eso que resulta habitual verlos sobre distintas partes del cuerpo humano, como por ejemplo en el pecho de una persona.
Esta acción tiene un porqué: el calor corporal que desprendemos resulta atractivo para los gatos, quienes se acurrucan en esa parte del cuerpo, o también entre las piernas cuando uno está acostado sobre un colchón o sillón.
Este gesto de los felinos es motivo de análisis para los veterinarios o especialistas en comportamiento felino. Uno de sus exponentes es Ana Ramírez, directora veterinaria del centro veterinario Kivet, ubicado en España, quien dio más detalles al respecto en una entrevista con Hola: “Lo que está claro es que los gatos duermen en contacto con personas porque adoran ese calor que desprendemos, y buscar un espacio confortable y caliente para dormir, sobre todo, en invierno, es imprescindible para ellos”.
En definitiva, los gatos muestran un sentido de pertenencia al apoyarse sobre el pecho de su dueño y este acto debe ser tomado como una muestra de cariño y lealtad del animal. “Ellos buscan algún lugar que les permita sentir más seguridad y confianza, resguardándose con la compañía de otro ser”, profundizó Ramírez.
El verdadero motivo por el que tu gato duerme sobre tu cabeza
Como se indicó anteriormente, los felinos buscan el calor humano para descansar y sentirse seguro. Además del pecho, el lugar más común para los gatos porque pueden apoyar la mayor parte de su cuerpo, también buscan la cabeza de las personas para descansar.
Según los especialistas, estos animales duermen alrededor de 12 a 16 horas por día. Al apoyarse en la cabeza de su dueño, se mantendrá a salvo de cualquier tipo de amenaza y tendrá una posición ideal para monitorear su entorno, lo que refiere a un comportamiento que está vinculado a su esencia cazadora.
Este contacto físico directo no solo les proporciona un refugio emocional, sino que también ayuda a reducir el nivel de cortisol en su cuerpo, una hormona relacionada con el estrés tanto en el mundo animal como en las personas. En conclusión, los gatos necesitan del contacto físico para aumentar su bienestar.
Por otra parte, una investigación a fondo del National Institutes of Health explicó que la relación simbiótica entre gatos -incluye también a perros- y humanos promueve la producción de una glándula llamada oxitocina, también conocida como la “hormona del amor”, lo que no solo favorece al bienestar compartido, sino que fortalece los lazos afectivos entre ambos.
De esta forma, los dueños de los felinos sabrán que ellos buscarán acostarse entre sus piernas, en el pecho y en su cabeza para evitar cualquier tipo de peligro dentro del hogar.
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