Redacción El País
En los últimos años, el interés por llevar una vida más saludable creció de forma sostenida también en Uruguay. Cada vez más personas buscan complementar su alimentación con productos naturales, que no solo aporten nutrientes, sino que también ayuden a prevenir enfermedades. En ese marco, la espirulina se ha ganado un lugar destacado dentro de los suplementos nutricionales más valorados.
Se trata de una microalga unicelular de color azul verdoso, que se consume desde tiempos antiguos y que hoy vuelve a estar en el centro de atención gracias a sus múltiples beneficios: ayuda a regular el colesterol, contribuye al control de la presión arterial y fortalece el sistema inmunológico. Por todo esto, se la considera un superalimento.
Ayuda a regular el colesterol
Uno de los aportes más estudiados de la espirulina tiene que ver con el metabolismo de los lípidos. Contiene un pigmento natural llamado ficocianina, con fuerte poder antioxidante, que contribuye a reducir el colesterol LDL —conocido como el “malo”— y a aumentar el HDL —el “bueno”—. Además, su contenido de ácidos grasos esenciales, como el ácido gamma-linolénico (GLA), tiene un rol clave en la regulación de los triglicéridos, ayudando así a prevenir enfermedades cardiovasculares.
También es rica en fibra y proteína vegetal, dos nutrientes que favorecen la digestión y la absorción de grasas, colaborando de forma natural en el mantenimiento de niveles saludables de colesterol.
Apoyo natural para controlar la presión
La espirulina también puede resultar beneficiosa para las personas con hipertensión. Esto se debe, en parte, a la presencia de péptidos bioactivos que inhiben una enzima que eleva la presión arterial. Al actuar sobre esta enzima, favorece la dilatación de los vasos sanguíneos y mejora la circulación, lo que permite mantener la presión en valores adecuados.
A eso se suma su aporte de potasio, un mineral esencial que ayuda a equilibrar el sodio en el cuerpo y que es clave para la salud cardiovascular.

Fortalece el sistema inmune
Otro de los grandes aportes de este suplemento es su impacto positivo sobre las defensas del organismo. La espirulina aporta vitaminas del grupo B, vitamina E, hierro, zinc y selenio, todos nutrientes fundamentales para que el sistema inmunológico funcione correctamente.
Gracias a la ficocianina, también actúa como un antioxidante que protege a las células del sistema inmune frente al daño oxidativo. Además, estimula la producción de glóbulos blancos, responsables de combatir infecciones, y favorece la acción de los macrófagos, células que ayudan a eliminar toxinas y microorganismos.
Otros beneficios que vale la pena conocer
Más allá de su efecto sobre el colesterol, la presión y las defensas, la espirulina también aporta otros beneficios: mejora la energía, combate la fatiga, ayuda a desintoxicar el organismo y puede contribuir al control del peso al generar sensación de saciedad. Su acción antioxidante protege las células del envejecimiento y favorece tanto la salud ocular como la de la piel.
En definitiva, se trata de un suplemento natural, de origen vegetal, con un perfil nutricional muy completo. Siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de incorporarlo a la dieta, especialmente si se tienen condiciones médicas preexistentes. Pero para muchas personas, la espirulina se ha convertido en una aliada diaria para vivir con más energía y bienestar.
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