Redacción El País
Cada vez es más la gente que cuenta con una balanza en casa, pero la frecuencia con la que la usamos varía según nuestro nivel de atención al peso, si seguimos una dieta o simplemente nos guiamos por cómo nos queda la ropa. Para quienes están en un régimen de control de peso, los expertos sugieren pesarse siempre a la misma hora, en la misma balanza y, preferiblemente, con la misma ropa o desnudo.

Cristóbal Morales, vocal de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), señala que pesarse a diario puede ser beneficioso para mantener la motivación y corregir hábitos poco saludables. Sin embargo, advierte que para algunas personas, el pesarse frecuentemente puede generar ansiedad debido a las fluctuaciones naturales del peso, lo que podría desencadenar trastornos de la conducta alimentaria.

Es común subir a la balanza y notar una variación de 1 o 2 kilos de un día a otro, aunque hayamos seguido una dieta y realizado ejercicio. Según Morales, estos cambios no suelen reflejar un aumento de grasa corporal, sino retención de líquidos o residuos no eliminados. Fernando Pérez Escanilla, del Grupo de Insuficiencia Venosa Crónica de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), explica que la retención de líquidos depende de la ingesta y pérdida de agua a través de la orina, las heces, la respiración y la piel.

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Los expertos coinciden en que la mejor hora para pesarse es por la mañana, justo después de despertarse y de ir al baño, pero antes de desayunar. Morales aclara que pesarse a esta hora permite obtener un peso más preciso, sin la influencia de alimentos, líquidos o actividad física.

Un estudio publicado en Obesity Facts sugiere evitar pesarse los lunes, debido a las variaciones de peso que pueden ocurrir durante el fin de semana. Los investigadores de la Universidad de Cornell señalan que estas fluctuaciones son normales y no necesariamente indican un aumento de peso. Recomiendan enfocarse en hábitos saludables a largo plazo en lugar de preocuparse por los cambios de fin de semana.

Morales también advierte que durante el verano y las festividades, como la Navidad, es común ganar entre 2 y 3 kilos debido a los encuentros sociales, el tiempo libre y los hábitos alimentarios menos estrictos.