Este es el truco para guardar papas y que mantengan sus características hasta por seis meses

Las condiciones ideales incluyen un entorno oscuro, fresco y seco, y se tiene que evitar la refrigeración.

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Pueden aguantar hasta seis meses si se las conserva en condiciones ideales.
Foto: Freepik.

El Tiempo - GDA
Conservar alimentos frescos es una de las mayores preocupaciones en la cocina. Diariamente, buscamos maneras de extender la vida útil de frutas, verduras y otros productos para evitar el desperdicio y mantener su calidad nutricional. Entre los alimentos que presentan retos particulares para su conservación están las papas, cuya popularidad es innegable.

De acuerdo con la web especializada en estadísticas Helgi Library, en 2021 se consumieron aproximadamente 260 kilotoneladas de papas a nivel mundial. Este alto consumo demuestra la importancia de conocer las técnicas adecuadas de almacenamiento para evitar su rápido deterioro, que incluye la aparición de brotes y pudriciones, así como cambios en su sabor y textura.

Bajo condiciones normales, las papas sin cocinar pueden conservarse entre una semana y dos meses a temperatura ambiente, según el medio especializado Healthline. No obstante, con almacenamiento adecuado puede prolongar su vida útil hasta seis meses, permitiendo un mayor aprovechamiento del producto y reduciendo las pérdidas significativamente.

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Mojar las papas en por ejemplo ketchup aumenta la probabilidad de que termines consumiendo el doble de calorías que si no lo hicieras.
Foto: Peakpx.

El secreto de su conservación se encuentra en su composición. La papa, siendo un tubérculo rico en almidón, tiene una piel que actúa como una barrera parcial contra los agentes externos. Sin embargo, esta barrera no es suficiente para protegerla completamente de la luz, la humedad y las altas temperaturas. Cuando se expone a estas condiciones, la papa es susceptible de brotar, deshidratarse o pudrirse, perdiendo así su calidad y valor culinario.

Existen variedades de papas que ofrecen diferentes niveles de durabilidad. Las de piel gruesa, como las russet, son más resistentes gracias a su cubierta robusta, que reduce la pérdida de humedad y ofrece mejor protección contra daños externos. Por otro lado, las de piel fina, como las variedades roja o amarilla, son más vulnerables y tienden a deteriorarse más rápido. Esta diferencia resalta la importancia de considerar la variedad de papa al momento de almacenarlas.

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Alejarlas de la luz.
Foto: Commons.

La web especializada Food52 recomienda que el lugar ideal para almacenar papas debe ser oscuro, fresco y seco. Es crucial evitar la refrigeración, ya que las bajas temperaturas convierten el almidón en azúcar, alterando tanto el sabor como la textura del tubérculo. También es importante evitar las bolsas de plástico, que retienen humedad y favorecen la descomposición. En su lugar, se sugieren las bolsas de papel o de arpillera, que facilitan una ventilación adecuada y previenen la acumulación de humedad.

Además, proteger las papas de la luz es esencial para evitar la formación de manchas verdes en la superficie y el aumento de solanina, un compuesto tóxico. Mantenerlas en un espacio con una temperatura controlada entre 4 y 10 °C también ayuda a garantizar su conservación óptima. Resulta igualmente importante alejarlas de otros vegetales y frutas como las cebollas y las manzanas, que emiten etileno, un gas que acelera su maduración y deterioro.

Este conocimiento es crucial no solo para las papas, sino también para otros productos que requieren cuidados especiales en su almacenamiento, como cebollas, ajos, bananas, zanahorias y calabazas. Al adoptar estas prácticas, es posible mantener la frescura y calidad de estos alimentos por un período prolongado, evitando así el desperdicio y optimizando los recursos en la cocina.

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