Redacción El País
Un nuevo estudio revela que la ingesta adecuada de una vitamina específica podría ser crucial en la prevención de enfermedades cardíacas, destacando su impacto en la reducción de la presión arterial, un factor de riesgo clave en la salud cardiovascular.

Las vitaminas son fundamentales para el bienestar general y el correcto funcionamiento del organismo. Recientemente, se ha descubierto que la vitamina D juega un papel significativo en la protección contra enfermedades cardíacas, especialmente al contribuir a la disminución de la presión arterial, conocida comúnmente como la "asesina silenciosa" debido a su tendencia a desarrollarse sin síntomas evidentes. La hipertensión aumenta considerablemente el riesgo de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, según informa The Healthy.

Un estudio llevado a cabo por investigadores españoles en colaboración con la Escuela de Salud Pública de Harvard ha subrayado la importancia de la vitamina D en la prevención de la hipertensión arterial, un precursor de muchas enfermedades cardíacas. Al analizar variables como la edad, el género, la dieta, el índice de masa corporal y la exposición solar de 16.437 participantes, los investigadores encontraron una fuerte correlación entre altos niveles de vitamina D y una menor probabilidad de desarrollar presión arterial alta.

Los resultados fueron contundentes: aquellos con los niveles más elevados de vitamina D presentaron un 30% menos de riesgo de desarrollar hipertensión en comparación con aquellos con niveles más bajos. Además, incluso un aumento moderado en la ingesta de vitamina D se asoció con una reducción del 7% en el riesgo de hipertensión.

Estos hallazgos sugieren que mantener niveles adecuados de vitamina D es fundamental para manejar la presión arterial y, por ende, mejorar la salud cardiovascular.

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Para incrementar los niveles de vitamina D, los expertos recomiendan una breve exposición diaria al sol, siempre con la protección solar adecuada para evitar daños en la piel. Incluir en la dieta alimentos ricos en vitamina D, como pescados grasos, huevos y productos lácteos enriquecidos, también es una estrategia eficaz. Además, la suplementación con vitamina D, previa consulta con un profesional de la salud, puede ser una opción válida para aquellos que no logran obtener suficiente de esta vitamina a través de la dieta y la exposición solar.

En conclusión, este estudio refuerza la importancia de la vitamina D no solo para la salud ósea, sino también como una aliada en la prevención de enfermedades cardíacas, subrayando la necesidad de prestar atención a su ingesta en la vida diaria.