Estufas, calientacamas y aires acondicionados: cómo usar los equipos de calefacción de forma segura

En invierno es importante calefaccionarnos con responsabilidad para cuidar nuestra salud y evitar accidentes domésticos.

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Estufa, calefacción, frío
Estufa encendida en invierno.
Foto: Freepik.

Ahora que el invierno se puso las pilas, el frío no da tregua. Empezó la temporada de ponerse los guantes (y perderlos, un clásico) y de prender la estufa, llenar la bolsa de agua caliente o de ajustar el aire acondicionado en modo calor. Sin embargo, para evitar accidentes domésticos, es importante usar estos artefactos de forma segura y responsable.

“Lo principal en todos los casos es leer las instrucciones del fabricante y elegir marcas de calidad", remarcó Martín Acosta, gerente de No Alimentación de Tienda Inglesa. Según indicó, uno de los productos de calefacción más populares en Uruguay son los calientacamas eléctricos. Para garantizar su seguridad, brindó las siguientes recomendaciones: utilizarlo siempre encima del colchón y por debajo del cuerpo (nunca como sábana), no doblarlo mientras esté enchufado o caliente (dejarlo estirado en la cama hasta que se enfríe), evitar el sobrecalentamiento y nunca sujetarlo con alfileres de gancho u otros objetos metálicos porque transportan electricidad.

Además, es importante no usarlo en combinación con una bolsa de agua caliente (el agua y la electricidad no son buenos amigos) ni fumar cuando está en la cama, tampoco dejarlo encendido y enchufado al salir de casa, y mantener los interruptores en buen estado y descubiertos para evitar que se sobrecalienten.

El calientacamas nunca debe dejarse encendido durante la noche. Lo mejor es enchufarlo, mantenerlo prendido por un tiempo determinado (según indique el fabricante) y luego apagarlo. “No es bueno dormir con el calientacamas encendido porque, a fin de cuentas, es un aparato eléctrico, y además después de varias horas puede crear un calor muy elevado y deshidratar a la persona mientras está durmiendo”, explicó Acosta.

En cuanto al lavado, aconsejó no lavarlo en seco ni utilizar una secadora de lavandería y sobre todo seguir las instrucciones del fabricante acerca de cómo mantenerlo limpio correctamente.

En el caso de las bolsas de semillas, Acosta aclaró que lo más recomendable es usarlas bajo prescripción médica, por ejemplo, para calmar algún dolor, pero no para calefaccionarse. Es importante comprarlas en un lugar que garantice su calidad y no hacerlas de forma casera, porque si las semillas están un poco húmedas puede producirse una combustión espontánea y terminar en un incendio. Además, hay que calentarlas el tiempo que indica el fabricante, en tanto no durarán más rato calientes por dejarlas más tiempo en el microondas, aseguró el gerente de Tienda Inglesa.

Frío, calefacción
Mujer abrigada en invierno.
Foto: Freepik.

Estufas y aires acondicionados.

Otros productos muy populares son las estufas a gas, sostuvo Acosta. Al respecto, advirtió: “Cuando funcionan de manera apropiada, únicamente generan agua y dióxido de carbono; de lo contrario, pueden liberar monóxido de carbono, que es un gas nocivo e incluso letal”. Nuevamente, subrayó la importancia de elegir marcas reconocidas y seguir las instrucciones del fabricante, pero añadió que tener un detector de monóxido de carbono en el hogar puede ser útil para saber si el equipo funciona mal.

Hay dos tipos de estufas a gas: catalíticas y de llama azul. La primera calienta por radiación y es ideal para viviendas con menores o mascotas, aunque la segunda utiliza un quemador y emite calor más rápido, explicó. No obstante, ambas tienen hasta tres sistemas de seguridad. Finalmente, Acosta aconsejó que siempre sean instaladas por un profesional y que el hogar cuente con las instalaciones de seguridad necesarias para soportar este tipo de productos, “que en general elevan el consumo eléctrico”.

En cuanto al aire acondicionado, el gerente de Tienda Inglesa destacó: “es muy seguro, cómodo y más ahorrativo que los sistemas de calefacción a combustibles fósiles”. Al igual que con las estufas, es fundamental que la instalación la realice un experto y debe verificarse que el sistema eléctrico de la casa esté diseñado para soportar su utilización.

Desde la Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE), señalan que es necesario limpiar los filtros del aire acondicionado al comienzo de cada temporada, es decir, una vez en verano y otra en invierno. En su página web detallan cómo hacerlo: levantar con ambas manos la tapa del equipo, desmontar los filtros (son dos y es lo primero que vemos), colocarlos bajo un grifo y limpiarlos con agua hasta que no quede polvo en las rejillas, dejarlos secar y luego colocarlos nuevamente y cerrar la tapa del equipo.

Se acumula mucho polvo en los filtros, por lo que no limpiarlos provoca mayor consumo de energía (la suciedad dificulta el pasaje del aire) y expone a la familia a alergias y problemas respiratorios.

Cuidar la piel y prevenir accidentes.

Un aspecto fundamental al utilizar equipos de calefacción es regular la temperatura para evitar daños en la piel. La médica dermatóloga Cyntia De Los Santos, directora de Montevideo Skin, mencionó que “el aire muy caliente puede resecar la piel, sobre todo si uno se acerca mucho a la estufa”. Las consecuencias pueden ser aún más notorias en personas con rosácea. En cualquier caso, aconsejó usar cremas hidratantes (o cremas para la rosácea, de ser necesario) y, sobre todo, evitar temperaturas muy elevadas y mantenerse lejos de las fuentes de calor.

De la misma forma, en caso de padecer algún tipo de afección respiratoria, es importante consultar con un médico con el fin de conocer cuál es la mejor estrategia para calefaccionar el hogar de forma segura.

Asimismo, el Ministerio de Salud Pública (MSP) emitió las siguientes recomendaciones: chequear con técnicos calificados los equipos de calefacción o estufas antes de usarlos, apagarlos mientras se duerme, utilizar calefacciones a leña o combustión solamente en ambientes adecuadamente ventilados para evitar intoxicaciones, mantener los equipos alejados de objetos que puedan incendiarse como muebles, cortinas y frazadas, y no dejar niños sin supervisión en espacios con estufas y/o equipos de calefacción encendidos.

Finalmente, desde la Dirección Nacional de Bomberos aconsejan estar atentos ante olor a quemado, ruidos no habituales, chisporroteo, recalentamiento de partes o emanaciones de humo. Ante fuego, llamar a Bomberos inmediatamente al 911.

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