Flúor, salud y pasta de dientes: el uso de dentífricos con flúor es seguro y recomendado para prevenir caries

Las sales de flúor no solo están presentes en las formaciones rocosas sino también en el cuerpo humano donde forman parte integral de nuestros huesos y dientes.

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Lavarse los dientes
Familia lavándose los dientes.
Foto: Freepik.

Carina Levy*
Los fluoruros son minerales naturales que se forman cuando el gas flúorse combina con otros elementos. Dependiendo del elemento con el que se mezcle, el resultado puede ser fluoruro de sodio, fluoruro de amina o fluoruro de estaño, entre otros.

Estos compuestos tienen propiedades completamente distintas al gas flúor en su forma pura, que es tóxico. Por el contrario, los fluoruros son sales beneficiosas.

El flúor es un elemento natural. Las sales de flúor no solo están presentes en las formaciones rocosas sino también en el cuerpo humano donde forman parte integral de nuestros huesos y dientes.

El agua, ya sea mineral o de la canilla, contiene cierta cantidad de flúor la cual varía según la región. En algunos países, se añade flúor al agua potable para prevenir la caries dental. Sin embargo, en lugares como Alemania, Austria y Suiza, el agua de la canilla tiene niveles bajos de flúor, generalmente menos de 0,3 miligramos por litro. Por otro lado, el contenido de flúor en el agua mineral puede variar significativamente según la fuente.

El agua con hasta 0,7 miligramos de flúor por litro se considera segura para la preparación de alimentos infantiles.

Alimentos

Diversos alimentos contienen pequeñas cantidades de flúor. Algunos de los alimentos más ricos, según el Instituto Max Ruber, incluyen:

• Sal fluorada: 47 mg por 100 gramos
• Té negro en polvo: 9,5 mg por 100 gramos
• Té verde seco: 9,5 mg por 100 gramos
• Apio en polvo: 0,76 mg por 100 gramos
• Algas en polvo: hasta 0,69 mg por 100 gramos
• Salmón: hasta 0,69 mg por 100 gramos
• Nueces: hasta 0,68 mg por 100 gramos

La Sociedad Alemana de Nutrición recomienda una ingesta diaria de flúor de 3,1 miligramos para mujeres y 3,8 miligramos para hombres. Sin embargo, la ingesta diaria promedio a través de la alimentación suele ser considerablemente menor, entre 0,4 y 0,6 miligramos al día.

Productos

Desde el siglo XIX, se sabe que el esmalte dental que contiene flúor tiene mayor resistencia a los ácidos. Esto llevó a la recomendación del flúor como un medio para prevenir la caries dental, con el desarrollo de dentífricos y otros productos de cuidado dental que contienen flúor sódico.

El flúor protege los dientes de diversas maneras:

1. Aceleración de la remineralización. Los fluoruros ayudan a que los fosfatos de calcio se absorban más rápidamente en el esmalte tras un ataque ácido, reforzando así el esmalte dental.

2. Formación de una capa protectora. El uso regular de dentífricos con flúor crea una capa protectora sobre los dientes, lo que evita que los ácidos ataquen directamente el esmalte.

3. Acción bactericida. El flúor tiene propiedades antibacterianas que reducen la cantidad de bacterias en el esmalte dental, disminuyendo así la producción de ácidos que provocan caries.

El consenso en la comunidad científica y dental es claro: el flúor es eficaz en la prevención de la caries dental. Estudios y organizaciones de consumidores, como la Stiftung Warentest, recomiendan el uso de dentífricos con flúor como una medida clave en la reducción de la caries dental.

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Toxicidad

El principio de “la dosis hace el veneno” se aplica también al flúor. En dosis normales, el flúor es seguro y altamente efectivo para la protección dental. Según el Instituto Federal Alemán para la Evaluación de Riesgos, el flúor es inofensivo cuando se utiliza correctamente, siendo incluso menos tóxico que la sal de mesa.

En los últimos años, las pastas dentales sin flúor han ganado popularidad, impulsadas por preocupaciones sobre los posibles efectos negativos del flúor. Sin embargo, estos productos no ofrecen los mismos beneficios protectores contra la caries que los dentífricos con flúor.

Al optar por un dentífrico sin flúor, se renuncian a sus efectos protectores como la aceleración de la remineralización y la protección antibacteriana, lo que podría aumentar el riesgo de caries.

No obstante, para algunas personas, especialmente aquellas que ya reciben suficiente flúor de otras fuentes, los dentífricos sin flúor pueden ser una opción válida.

Más allá del flúor, hay otros ingredientes en los dentífricos que pueden ser motivo de preocupación:

• Laurilsulfato sódico (SLS): Puede irritar la mucosa bucal.
• Microplásticos: Amenazan el medio ambiente y la salud.
• Triclosán: Asociado con la resistencia bacteriana y posible riesgo de cáncer.
• Agentes blanqueadores: Pueden dañar el esmalte dental.
• Parabenos: Relacionados con alteraciones hormonales.

Seguridad

El uso de dentífricos con flúor es seguro y recomendado para la prevención de la caries siempre que se respeten las dosis recomendadas. La crítica al flúor suele estar más relacionada con su adición al agua potable que con su uso en productos dentales.

Como siempre, debemos ser sensatos. Conocer los mecanismos de acción y recordar al ya citado Paracelso quien sigue siendo vigente: “No hay venenos, ni hay remedios milagrosos: hay dosis”. Para cuidar nuestra salud y la de quienes nos rodean.

*Doctora en odontología y directora de Clínica Biosmile

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