Redacción El País
El envejecimiento es un proceso universal que afecta a todos los seres vivos. A pesar de los avances en salud pública (vacunas, antibióticos, tratamientos de avanzada), la mejora en la higiene y el acceso a diagnósticos tempranos, que han permitido aumentar la esperanza de vida, esta sigue teniendo un límite.
Según un análisis de 2023, la longevidad humana podría estar sujeta a un techo biológico que, hasta ahora, no ha sido superado. Aunque algunas personas logran vivir más de lo esperado, existen limitaciones inherentes.
La persona más longeva registrada hasta la fecha ha llevado a los científicos a considerar que la vida humana podría estar naturalmente limitada a una edad máxima. Sin embargo, la pregunta clave no es solo cuánto tiempo puede vivir una persona, sino cuántos de esos años pueden ser vividos con calidad, es decir, disfrutando de una vida funcional, psicológica y socialmente plena.
La expectativa de vida

A pesar de los avances científicos y tecnológicos, la expectativa de vida máxima registrada es de 122 años, alcanzada por Jeanne Calment, quien falleció en 1997. No obstante, en países como Estados Unidos, se ha observado un retroceso significativo en los últimos años, especialmente tras la pandemia de COVID-19.
La calidad de vida: un factor crucial en la longevidad
Más allá de la cantidad de años vividos, los expertos enfatizan la importancia de la calidad de vida durante esos años. Briana Mezuk, codirectora del Centro de Epidemiología Social y Salud Poblacional de la Universidad de Michigan, destaca que la longevidad no debe medirse únicamente en términos de tiempo, sino también en función de la capacidad de las personas para disfrutar de una vida activa y significativa.
“Todo tiene un límite. No conocemos ninguna criatura en el planeta que no muera en algún momento”, afirmó Mezuk en declaraciones recogidas por Pop Science.
El límite biológico y la búsqueda de una vida más larga y plena

Aunque la ciencia ha logrado avances significativos en la comprensión del envejecimiento, el límite máximo de la vida humana sigue siendo un tema de debate. Hasta ahora, ningún ser humano ha superado los 122 años, lo que sugiere que podría existir un techo biológico para la longevidad.
Sin embargo, esto ha motivado a los investigadores a seguir explorando formas de extender tanto la duración como la calidad de la vida humana, incluso cuando el envejecimiento es un fenómeno inevitable.
Cabe destacar que la longevidad no depende únicamente de los avances médicos y tecnológicos, sino también de factores económicos, sociales y ambientales, que influyen directamente en la calidad de vida de las personas. En última instancia, el objetivo no es solo vivir más, sino vivir mejor.
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