En el mundo hay alrededor de 1,280 millones de adultos de entre 30 y 79 años con hipertensión arterial. De esa cifra, el 46% de ellos —casi la mitad— desconocen que padecen de esta afección. Todo esto de acuerdo a cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Debido a la falta de cultura de prevención y la ausencia de un diagnóstico accesible, la hipertensión es una de las causas principales de muerte prematura en el mundo, además de ser el principal factor de riesgo para muertes por enfermedades cardiovasculares.

“La hipertensión arterial es como un asesino silencioso, pues no tiene síntomas visibles en la mayoría de casos y, de todas maneras, puede llevar a consecuencias sumamente peligrosas”, indicó el doctor Carlos Enrique Ruiz Mori, especialista en cardiología.

Según la OMS, se habla de hipertensión arterial cuando la presión de la sangre en los vasos sanguíneos es demasiado alta (de 40/90 mmHg o más). “La hipertensión es una enfermedad que, si no se cuida, no solamente va a tener una serie de molestias a nivel del corazón o del cerebro, sino que puede ser mortal”, enfatizó Ruiz.

De acuerdo con el especialista, una persona hipertensa debe entender que esta patología va a limitar su estilo de vida. Si no se cuida o controla de manera adecuada, puede tener consecuencias mortales, como un derrame cerebral o un ataque cardiáco.

Uno de los datos más llamativos sobre la hipertensión arterial es que, en la gran mayoría de casos, no genera ningún síntoma en la persona afectada. Por ende, la única forma de identificarla con anticipación es realizarse una prueba de presión arterial con frecuencia.

No obstante, de acuerdo con la OMS, existen ciertos factores de riesgo para indicar que un paciente es más proclive a padecer esta condición:

• Edad avanzada
• Causas genéticas
• Sobrepeso u obesidad
• Falta de actividad física
• Comer con mucha sal
• Beber demasiado alcohol
• Altos niveles de estrés

“Lo que sucede ahora es que los jóvenes están cambiando su estilo de vida y se encuentran expuestos a ciertos factores de riesgo que los pueden convertir en personas proclives a padecer esta patología. Por ejemplo, desde una edad muy temprana, las personas se posicionan en un ámbito laboral muy competitivo, el cual les genera mayor estrés”, aclaró Carlos Ruiz.

El experto en cardiología brindó una serie de recomendaciones para prevenir la presión arterial alta. “En primer lugar, lo principal que uno debe hacer al cumplir 18 años es, aunque sea una vez al año, medirse la presión arterial”, resaltó.

En esa línea, también comentó que el consumo de sal no debe ser excesivo. Para esto, recomienda leer los contenidos de sodio en las etiquetas de los envases y ser conscientes de la cantidad de este producto en los alimentos que consumen. “No se deben consumir más de 5 gramos de sal al día, pero nadie tiene la costumbre de medirlo”, agregó Ruiz.

Asimismo, el cardiólogo hizo hincapié en que es de suma importancia mantener un peso adecuado. “Hoy en día, la gente se está volviendo más sedentaria y se hace menos actividad física. Debemos saber que la obesidad atrae la hipertensión. Por ende, es esencial hacer ejercicio, mínimo, tres veces a la semana. Las mejores opciones son la caminata, la bicicleta, el trote y la natación”, añadió.

Por otro lado, señaló que es imprescindible controlar el estrés. “Vivimos en un mundo muy competitivo, donde se genera mucha presión. En la actualidad, el ámbito laboral ocasiona que los jóvenes tengan más chances de volverse hipertensos, pues no saben dominar esta presión”, afirmó.

Finalmente, sostuvo que el tabaquismo es una de las causas principales de hipertensión. “La recomendación general es que se alejen del cigarrillo”, aseveró.

La hipertensión arterial puede ser tratada, pero no curada en su totalidad. “Existe un reducido porcentaje de casos en los que la hipertensión es generada por otra enfermedad. En esos casos, el problema se revertirá junto a la enfermedad. Sin embargo, en el resto de contextos, la patología no podrá ser revertida”, explicó el especialista en cardiología.

Primero, se recomienda al paciente cambiar su estilo de vida. Sin embargo, según el doctor, es muy común que la persona no desee hacerlo. En esos casos, suele acudirse a un tratamiento farmacológico.

(Por El Comercio GDA)